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Que la economía es algo demasiado serio como para dejarlo en manos de los economistas es una cuestión que se aprende por las malas. Habrá economistas que se indignen con esta generalización pero incluso ellos tendrán que admitir que hace décadas que una sola teoría económica se presentan desde todos los púlpitos del gremio como la única viable, y por eso estamos como estamos. Alemania, un país más que industrializado, volcado a la exportación, que invierte en I+D y cuya marca es sinónimo de eficacia, va hacia la recesión. Me pregunto cómo se arreglarán para explicar todo esto con los argumentos habituales, que los salarios son muy altos, o que su mercado laboral es rígido.
Antes o después todos los sacerdotes ortodoxos de la pasta tendrán que admitir que toda la crisis se explica y se resume en la voracidad extrema de los especuladores financieros, a los que nunca se ha querido poner freno y lo han saqueado todo hasta que yo no es posible exprimir nada más. Por eso está todo parado, ya nadie puede comprar los productos alemanes; los ajustes de Merkel han congelado la economía europea. En España se aprobó una reforma laboral para abaratar el despido y, fíjense qué cosa, ha aumentado el paro. Es una de lógica incontestable pero, precisamente el argumento con que se vendió es que crearía empleo. La patronal española, que da a sus directivos bonos de Wall Street pero tiene un nivel de fraude fiscal de África profunda, sigue apostando en un país con 5 millones de parados con aumentar las facilidades de despido y reducir los salarios aún más. ¿Quién les va a comprar sus productos?
Antes o después todos los sacerdotes ortodoxos de la pasta tendrán que admitir que toda la crisis se explica y se resume en la voracidad extrema de los especuladores financieros, a los que nunca se ha querido poner freno y lo han saqueado todo hasta que yo no es posible exprimir nada más. Por eso está todo parado, ya nadie puede comprar los productos alemanes; los ajustes de Merkel han congelado la economía europea. En España se aprobó una reforma laboral para abaratar el despido y, fíjense qué cosa, ha aumentado el paro. Es una de lógica incontestable pero, precisamente el argumento con que se vendió es que crearía empleo. La patronal española, que da a sus directivos bonos de Wall Street pero tiene un nivel de fraude fiscal de África profunda, sigue apostando en un país con 5 millones de parados con aumentar las facilidades de despido y reducir los salarios aún más. ¿Quién les va a comprar sus productos?
Como dirían en la legua de Shakespeare "That is the question". Pero, ya se sabe que la economía es la ciencia que explica perfectamente como se tenía que haber actuado frente a la crisis que ya pasó. De hecho, y hasta el momento, solo he oído a un empresario que lo diga con un poco de sentido: lo mejor que puede ocurrir es que suban los salarios, las prestaciones sociales, etc. Ya que de esa manera la gente tiene dinero y GASTA.
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