viernes, 11 de mayo de 2012

El impacto de la crisis roba la democracia



La derecha pretende desmontar el Estado social con la excusa de salir de la recesión


Hay que robustecer los controles como forma de combatir la corrupción




La crisis es la primera de nuestras preocupaciones, pero que con ella la democracia pueda ir deteriorándose —a pesar de que se acumulan los síntomas, el último, volver a una televisión pública, mero instrumento de propaganda del Gobierno—, es cuestión que sigue en la penumbra.
Habría llegado el momento de cambiar el mercado laboral, reajustar la política social, la fiscalidad, las instituciones financieras, controlar las Comunidades Autónomas, todo habría que cambiarlo, menos corregir las deficiencias de nuestra democracia, por no cambiar, ni siquiera una ley electoral que tan descaradamente favorece el bipartidismo.
Desde la caída del bloque soviético, la democracia representativa por vez primera no compite con otras opciones. Ha llegado a la cima de su prestigio, pero habría que retroceder a los años treinta del siglo pasado para encontrar tamaño distanciamiento de las instituciones democráticas establecidas. Pese a que después del paro, la segunda preocupación de los españoles sean los políticos, estos no se dan por aludidos, escudados en la expectativa de que la crisis difumine valoración tan negativa.
En suma, cuando la democracia parece indiscutible, arrecia con fuerza la crítica a sus instituciones. Paradoja que en un primer momento podría explicarse por la misma consolidación de la democracia: que se critique cada vez más y mejor podría interpretarse como prueba de que estuviese más y mejor arraigada. Si se detecta una mayor crítica interna en un partido, asociación o institución, es señal de la buena marcha democrática, hasta el punto de que tal vez cabría afirmar que cuánto más críticas, más patente quedaría su buen funcionamiento.

Para dar cuenta del aumento de denuestos a la democracia se podría añadir un segundo argumento, y es que, al encontrarse sin competencia imaginable, criticarla implica mucho menor riesgo. En la “guerra fría” excederse en las críticas del modelo occidental se interpretaba como prueba de preferir el soviético; así que se andaba con mucho tiento a la hora de criticar la democracia representativa.
Aunque haya que tomar en cuenta las dos explicaciones anteriores, el malestar generalizado rebasa con mucho la mera confirmación del buen funcionamiento de la democracia y, desde luego, es algo de mucho mayor calado que una mera reacción coyuntural ante el comunismo, o su caída. Que el fenómeno no es tan simple queda de manifiesto en el hecho de que lustros antes del derrumbamiento de la Unión Soviética ya se detectaba un enfado creciente. En los años setenta, la izquierda hablaba de la “crisis de legitimidad del capitalismo tardío” y la derecha, de la creciente “ingobernabilidad” de las democracias establecidas. Con todo, en los últimos tiempos la irritación con el funcionamiento de la democracia se extiende a una velocidad preocupante, hasta el punto de que incluso en una minoría —que en algunos países europeos por desgracia crece a buen ritmo— se condensa en actitudes claramente antidemocráticas. De ahí que convenga distinguir las críticas y frustraciones que provienen de contraponer el ideal de lo que debería ser la democracia con su funcionamiento real, de aquellas otras que subrayan los males que se denuncian como consecuencia necesaria de unos principios que no podrían dar otros resultados, es decir, de la crítica de la democracia en cuanto tal. Incluso en una situación de relativa calma chicha como la de Alemania desde la unificación —los sueños se habían hecho realidad— con índices socioeconómicos entre los mejores de Europa, el concepto que ha terminado por prevalecer para designar las relaciones de la población con la política esVerdrossenheit, una mezcla de enojo y fastidio. El concepto dePolitikverdrossenheit,hastío de la política, comporta una doble dimensión: de una parte, supone una valoración negativa de los políticos y de todo lo que tenga que ver con la política; de otra, un simple desentenderse de la política, por desinterés o cansancio. Ante la política el ciudadano se irrita, o pasa de ella.
¿De dónde proviene enojo tan generalizado? Formulemos una primera hipótesis. En un mundo con tantas y tan grandes mutaciones en todos los ámbitos sociales, económicos, políticos, las instituciones se muestran cada vez menos capaces de responder a los nuevos desafíos, pero, pese a esta manifiesta impotencia, permanecen petrificadas sin tener previsto, ni siquiera para un futuro más o menos lejano, mudanza alguna. Que las instituciones permanezcan inamovibles, cuando se producen tantos cambios y tan rápidos, explicaría el desasosiego que se detecta. El malestar lo produciría la velocidad del cambio con un anquilosamiento de las instituciones que, no solo son cada vez menos operativas para resolver los problemas a los que se enfrentan, sino que con su ineficacia salta a la vista el uso que de ellas hace una clase política que las utiliza como fuente exclusiva de poder y riqueza, que es lo que en un sentido lato habría que llamar corrupción. En suma, la velocidad del cambio social produce vértigo, a la vez que las aguas estancadas, inmundicia.
Para dar cuenta del amplio malestar que invade a Europa, el hecho crucial es una eficacia a la baja para resolver los problemas que son competencia de las instituciones. Para disimular esta tendencia se recubren de una falsa apariencia, mostrándolas muy distintas de lo que realmente son, con lo que aumenta hasta extremos insoportables la discrepancia entre realidad y apariencia —algo que, por lo demás, se da en toda sociedad— obligando a los ciudadanos a comulgar con ruedas de molino, con la amenaza de que, si se negaran a ello, se les difamará de enemigos de la democracia. Esta ambigüedad, cuando no confusión general, desemboca en una utilización de las instituciones para fines ajenos a los establecidos: y en esto consiste el concepto más amplio y genérico de corrupción. La falta de adecuación de las instituciones a las necesidades sentidas, con una ineficacia en aumento, es el problema de fondo; su utilización para fines espurios, la llamada corrupción, un subproducto derivado. De ahí que robustecer los controles como forma de combatir la corrupción, a la larga se revele poco eficaz, al menos mientras no se ataque la cuestión de fondo, la inadecuación creciente de las instituciones políticas a las exigencias económicas y sociales que al comienzo del tercer milenio demandan las sociedades europeas.
La crisis de la democracia no es un fenómeno circunstancial que pudiera resolverse con algunos arreglos superficiales, sino que exige cambios sustanciales, de esto somos cada vez más conscientes, pero también del escaso consenso que existe sobre su posible contenido y alcance. No solo a la izquierda se le ha hundido el suelo bajo los pies, arrastando consigo todos sus supuestos anteriores, es que la tesis de la derecha de que todo se reduce a librar a la sociedad y a la economía de las garras del Estado, si bien marcha en la dirección que indica la internacionalización de la economía, no nos engañemos, lleva en su seno el desmontaje del Estado social, pedestal sobre el que se levanta la democracia establecida.
Es necesario reaccionar a tiempo ante el sistemático desguace del Estado democrático, que se justifica como un elemento imprescindible para salir de la crisis, así como prestar mayor atención a las nuevas formas de organización democrática que vayan surgiendo en la sociedad

miércoles, 9 de mayo de 2012

La indigencia: El Pecado Capital

La indigencia: El Pecado Capital

Mientras los casos de corrupción que han enriquecido a centenares de individuos aún continúan sin resolverse, en Barcelona 811 indigentes fueron multados durante 2011 por dormir en la calle Las pautas...
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martes, 8 de mayo de 2012

El presidente del Gobierno,en pocas palabras ha dicho lo que en su dia dijo Groucho Marx en Sopa de Ganso,despues de dar su discurso,lo acaba diciendo"estos son mis principios,pero si no les gustan tengo otros


A nadie debería sorprenderle , ni por asomo, lo de Rajoy, personaje , al que le cuadra como anillo al dedo, aquello de " dime de lo que presumes y te diré de lo que careces", y, si de una cosa carece por completo, es de escrúpulos y decencia personales. Todas sus promesas, era harto previsible que no iba a cumplirlas, ni en broma, bien sabemos que si llegó a La Moncloa, fue por deméritos ajenos , que no por méritos propios, además de no haber blandido el menor programa durante el periodo electoral. Ciertamente tiene un Parlamento docil y entregado, pero lo de sus votantes, me temo que es otro cantar. A no pocos he oido, maldicíendose por haberle votado, lo que implica que el cabreo , se está generalizando contra él y su gobierno de una manera harto evidente. Si a ello sumamos que la ciudadanía , está asqueada de ver los recortes y más recortes, esos que nos ha prometido cada viernes-me recuerda aquella inigualable película de Luis García Berlanga, "LOS JUEVES, MILAGRO", QUE DARÍAMOS EN ESTA TESITURA ACTUAL POR TENERLE, LA PUNTA QUE SACARÍA- Y QUE AHORA VEMOS VAN A SERVIR PARA SALVAR EL PESCUEZO A bANKIA , Y A CUALQUIER OTRO BANQUERO EN APUROS, EL NIVEL DE CABREO POPULAR , VA A SUBIR A LO NUNCA VISTO, Y DE AHÍ A LA REBELIÓN MASIVA, PACÍFICA , SI PERO MASIVA, VA UN PASO.Rajoy es un político amortizado a una rapidez inaudita, en cien días mal contados, y sustituto , haberle haylo, sea uno que ya conocimos para nuestra desgracia, Aznar, o bien, un tecnócarta impuesto por la asquerosa de la Merckel, que el diablo engulla. Sumemos a todo ello, lo que preparan para penalizar la más mínima insumisión- si pueden hasta la mental- con la batería de endurecimientos penales, harto difíciles constitucionalmente, pero , no por ello imposibles-mientras se dirimen recursos, ellos a repartir a troche y moche al primero que se mueva- es decir represión franquista-fascista sin cuartel, y veremos que va a ocurrir. Todo es posible. Rajoy, políticamente K.O.
Gotas , la primera , dice vd , obsceno, yo afirmo , amoral, infame y vomitivo hasta la saciedad. Veremos que impuestos vá a pagar el menda este, que encima recebará su bolsa con más milloncejos procedentes de las arcas públicas para ocupar el cargo de Rato. Infame had nauseam.
Segunda gota, previsible, al partido peor, le va bien , cuando el mundo abertzale se sale. Capta votos del higadillo en cualquier contexto. Razonable , en su estrategia.
Tercera gota, que cunada el ejemplo y no solo en el IBI. Que paguen como cualquier contribuyente sin más. Bastantes siglos llevan robando a mansalva del tesoro público con la connivencia de los poderosos y sus concordatos infames y anti constitucionales, como para seguir así. Basta de privilegios de una puñetera vez.

El señor Rajoy no solo ha dilapidado en cien días y al completo su crédito, sino que ha asesinado su condición de político, y, lo que es más grave, la confianza de los ciudadanos en la actividad política, ya tan mermada desde tiempo.
Lo sorprendente será que, con seguridad, sus votantes le apoyarán en bloque, justificando toda actuación, pero cualquier persona objetiva y neutral entiende que no se pueden ni deben variar las promesas por muy cambiantes que sean las circunstancias. El margen de confianza otorgado por los votos tiene límite y ningún mandatario democrático del mundo puede hacer lo que le venga en mente, especialmente cuando se tiene un Parlamento dócil y seguidista sin traba, y ni siquiera con la disculpa del interés general. Eso hay que contrastarlo nuevamente en las urnas. El señor Rajoy, herido de muerte por sus incumplimientos brutales, debería -no se rían- convocar elecciones de modo inmediato y exponer sus deseos para que los ciudadanos opinen.
Si la palabra dada no vale como garantía, la política deja de ser tal y pasa a ser juego de tramposos crónicos e incorregibles.
Al anterior Presidente se le reprochó hasta la saciedad la toma de decisiones contrarias a su programa y sobre hechos que no había prometido explícitamente, y le supuso su anulación política.
No se puede ser tan brutal, especialmente en un sistema democrático. No se puede humillar a los ciudadanos, sobre todo a los más desprotegidos. Si no supiéramos en qué sistema político estamos, bien pudiera decirse que estamos en una dictadura. Y, muy en particular, no se puede favorecer y como siempre a los poderosos, que en este caso son los banqueros. Hay que saber hasta dónde llega su pozo sin fondo y su codicia. No se puede ceder ante todas sus pretensiones bajo la coartada de que sus quiebras originarían males colectivos. Pues que los originen, tal vez fuera el revulsivo adecuado, y en todo caso es necesario, desde un mínimo punto de vista social, cortar sus abusos infinitos. No se les puede salvar con dinero público, público, o sea de los ciudadanos, sin consultarles, y además con el engaño de que son préstamos a devolver.
El señor Rajoy se hartó de decir que era – ¡qué tristeza, hablar ya en pasado! – un hombre previsible, y que cumplía su palabra y sus compromisos por encima de todo. Desde ayer el señor Rajoy es una burla para los españoles, un fantasma sin sábana, un cadáver andante, grotesco hazmerreír, lamentable caricatura de lo político. Faltar a la palabra dada de una manera tan grosera, extingue nuestra condición de personas. El señor Rajoy ha asesinado la política.

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Gota de AYUDA: Ayúdenme, por favor: ¿qué palabra hay más dura que ‘obsceno’ para calificar la pensión de 68,7 millones de euros que cobró el señor Goirigolzarri al jubilarse del BBVA y que ahora vuelve a la vida activa como sustituto de Rato en Bankia, y se supone que no de manera altruista?
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Gota de RESPONSABILIDAD LIMITADA: El PP decide entregar el País Vasco a la izquierda abertzale. Basagoiti rompe el acuerdo con Patxi López y PSE.
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Gota de ZAMORA SE PUEDE GANAR EN UNA HORA: Zamora será la primera ciudad que cobrará el IBI y la tasa de basura a la Iglesia. Solo estarán exentos los edificios abiertos al culto. ¿O sea que no pagaban, y su supone que en el resto de España tampoco, ni la recogida de basuras?

Pero volviendo al tema principal ,el PP es un PPartido PPatraña desde su misma creación, y les gusta más el poder que a un loco bollar un plato, no van a convocar elecciones, a no ser que algún acontecimiento extraordinario - como la convocatoria por sorpresa de la deseada REVOLUCIÓN - o se produzca la intervención de el país por la U.E. y el BCE ( que es lo más plausible, realmente analizado ) y nos arroje a un escenario de terror, por ejemplo, impago generalizado de las pensiones,sueldos,prestaciones, hundimiento de la sanidad pública, corralito generalizado . . . ( esta música puede sonar ya en algunas cabezas ).

de donde sale que merkel y Sarkozy debían dirigir nuestros designios? Que urnas les han elegido para gobernar Europa ?

Creo que está muy claro: LA MAYORÍA QUEREMOS EUROPA, pero NO esta obscena EUROPA NEOLIBERAL (ni esta mierda de España neoliberal)




¿Que hay que hacer para convertir a esta Europa de los mercaderes en una europa de los ciudadanos de una maldita vez











Una de las consecuencias más nocivas de la crisis económica ha sido la erosión de la idea de Europa como comunidad política. Una buena parte de los ciudadanos del viejo continente entienden hoy que Europa no solo no es la solución sino que además es parte del problema. Los resultados de la primera vuelta de las presidenciales francesas y de las legislativas griegas son un buen ejemplo de ello. El euroescepticismo ha ganado terreno más allá de los países anglosajones y se extiende como la pólvora por la Europa continental. Incluso en los países del Este un sector de la sociedad ha vuelto los ojos hacia Rusia en vista de las promesas incumplidas de modernización que venían de Bruselas. Y Turquía parece asumir que no avanzará en la dirección de la integración y ha empezado a poner la mirada en un Oriente Medio que aspira a liderar.
Hasta ahora España estaba vacunada de este fenómeno. A diferencia de los países del Este, a este lado de los Pirineos la integración en la UE se vincula ineludiblemente con la modernización de los años noventa y con los fondos estructurales que la hicieron posible. Pero nada asegura que esta situación se perpetúe en el tiempo, toda vez que el deterioro del Estado del Bienestar español viene de la mano de la austeridad fiscal y de la obsesión por el control del déficit en la Unión Europea. No sería descartable el surgimiento de una nueva generación de españoles euroescépticos.
El directorio franco-alemán se ha cargado en apenas unos años lo poco o mucho que había de positivo en la construcción europea de la década de los ochenta y de los noventa. Es cierto que aquel proceso puso la mirada en la política económica y despreció la legitimación democrática de las instituciones de la UE. Y de aquellos polvos vienen estos lodos. Las elecciones al Parlamento Europeo parecen hoy una broma de mal gusto en una estructura política con un gobierno de facto de Francia y Alemania que durante los últimos tiempos ha sido insensible ante las dificultades que atraviesan los ciudadanos por culpa de la crisis. No solo somos más pobres sino que además tenemos menos capacidad de decisión.
La victoria de Hollande en Francia y la más que previsible derrota de la CDU de Merkel en la elecciones alemanas del próximo año pueden cambiar ese escenario. Con un poco de suerte se relajará la disciplina fiscal y se compaginará con estímulos al crecimiento. Los socialdemócratas europeos tendrán que demostrar algo más de audacia para dar un giro a la política económica asfixiante de los últimos tiempos. Pero por si solo esto no soluciona el problema de fondo que supone la relación de desconfianza y recelo de los ciudadanos hacia las instituciones europeas. La Unión Europea no ha sabido encontrar un buen encaje entre los Estados-nación como ámbito tradicional de soberanía y las nuevas instituciones comunitarias necesitadas de legitimación democrática. A Europa le sobra potestas y le falta auctoritas.
El reto de los líderes europeos de los próximos años, más allá de la crisis, será avanzar en la construcción de una identidad europea vinculada a conceptos como ciudadanía y democracia. Una identidad sustentada en lo racional que tendrá que convivir con esa otra identidad prerracional que es la de las naciones. Tendrán que comprender que el euro no hace europeos. Más bien todo lo contrario. Una política económica común sin unas instituciones legitimadas democráticamente que la avale es una alfombra roja para la destrucción europea, no para su construcción.
La imagen que ha proyectado Europa en los últimos años ha sido la de los mercados y no la de los ciudadanos. Grecia puede dar buena cuenta de ello. Pero la unión de los europeos sigue siendo un proyecto necesario en una región del planeta que ha vivido dos guerras mundiales y varios genocidios en los últimos cien años. Entre la Europa de Merkozy y la de los euroescépticos puede y debe haber una tercera vía hacia una profundización de la democracia, de la solidaridad, de los derechos y del bienestar entre las sociedades del viejo continente. Se trata de pensar, como ya hiciera Kant, en una paz perpetua que rescate los mejores valores de la Ilustración. Una Europa por y para los ciudadanos.

lunes, 7 de mayo de 2012

Y si recuperamos la política.



Este fin de semana hemos vivido varios procesos electorales en Europa. Por un lado en Francia, con una participación del 81,5%, los franceses han elegido al socialdemócrata Hollande como presidente. En Grecia, en las elecciones legislativas, la participación en la votación fue del 65%, la más baja en elecciones parlamentarias desde la vuelta a la democracia en 1965. En Alemania, el partido de Merkel pierde terreno en las elecciones de Schleswig-Hostein, donde con toda probabilidad gobernará una coalición de SPD y Verdes. 
Todos estos comicios se producen en medio de una situación convulsa en Europa, como consecuencia de la grave crisis económica y, en especial, de las políticas de recortes y rescates que en los últimos años lleva aplicando el eje franco-alemán conocido como “Merkozy”.
La primer lectura que se extrae de los resultados es que la ciudadanía ha dicho claramente basta a las políticas de recortes. En Francia, el programa reformista de Hollande se ha abierto paso y ha enviado a casa a Sarkozy,  uno de los grandes valedores de esa política. Queda por ver si los socialdemócratas franceses cumplirán su programa, o se doblarán ante la presión del capital y los mercados, como hizo el PSOE en España hace sólo unos meses. Pero a día de hoy la ciudadanía ha hablado en Francia, y sin duda eso tendrá un impacto en toda Europa.
Los resultados griegos son más complejos de leer. Las formaciones políticas partidarias de continuar con las políticas de austeridad y recortes no tienen la mayoría suficiente para formar gobierno tras las elecciones generales celebradas el domingo. El bipartidismo ha quedado desbancado por un voto muy diverso, lo que muestra la absoluta desconfianza que se han ganado los grandes partidos,  que han perdido su hegemonía, como consecuencia de sus políticas. Otro fuerte varapalo a los apoyos a las medidas de Merkozy.
Sin duda, la llegada de los neonazis de Amanecer Dorado, que con el 7% de los votos tendrán 21 diputados y grupo parlamentario propio, ha sido lo que más ha llamado la atención y lo más preocupante de la jornada de ayer. Con un discurso racista y anti-inmigrantes, han recibido el voto de muchos griegos que han desahogado de esta peligrosa manera su frustración. Me pregunto si los impulsores de las políticas que llevan a Grecia a este resultado no tienen nada que decir sobre Amanecer Dorado, ni ninguna reflexión que hacer. Por nuestra parte, desde luego urge llamar a recuperar la política y arrebatar los votos a quienes hacen del odio al diferente el motivo mismo de su ser.
En Grecia la incógnita está abierta sobre la posibilidad de que se pueda formar gobierno, y es posible que sean necesarias nuevas elecciones. Lo que está claro es los acontecimientos de los últimos años han generado una sacudida política de grandes dimensiones. PP y PSOE deberían leer en los resultados y cambiar el rumbo de su discurso y de su acción.
¿Y en Alemania? En el país europeo que, en teoría, vive más ajeno a la crisis, tampoco Merkel ha tenido buenas noticias. Pese a conseguir la mayoría no podrá gobernar en el estado Schleswig-Hostein, que contará con mucha probabilidad con un gobierno roji-verde. Así que tampoco en Alemania parece que las políticas de ajustes reciban demasiados apoyos. Recordemos además que no es el primer estado que pierde en los últimos meses.
Sea como sea, las elecciones de este fin de semana demuestran que la política sigue siendo necesaria: la única herramienta que tenemos para poner freno a la voracidad de los mercados.  Que los ciudadanos hablamos a través de nuestro voto, y que Europa se ha levantado este lunes reclamando otras políticas diferentes. Y la nota negra de la presencia poco tranquilizadora de neo-nazis en Grecia nos recuerda la necesidad de luchar para ocupar espacios, y erradicar discursos xenófobos y populistas.  Nos queda mucho por hacer. pero todavía nos queda la política.
Pero por encima de la politica , esta la gran politica , la de los estamentos supra poder ( llamense Bancos, medios y grupos empresariales) , que se han adueñado de la politica y los politicos , que hacen que bailen al son que ELLOS tocan .Creo que toca la anti politica , la ecologia de la “Polis” ,las asambleas populares , los metodos de Gene Sharp ,el 15 M , en fin , un nuevo paradigma. Y es que resulta que varios paradigmas fundamentales han variado , a saber , 1.- el de la poblacion – somos muchos mas de lo que pueden abarcar – , 2.- el del conocimiento – nunca hubo una poblacion tan estudiada como esta – , 3.- el de la comunicacion , – al segundo nos enteramos de todo ( se acabaron los secretos ) y el cuarto quizas el mas importante – el medio ambiente , que nos lo estamos cargando ( hay muy serias opiniones que afirman , que ya nos lo cargamos ), y esto va ha traer consecuencias terribles .
En fin , creo que hay que repensar los metodos , los fines , con quien contamos y como lo comunicamos.