sábado, 6 de octubre de 2012

Culpables de ser pobres



Si es pobre, por algo será. Si le van mal las cosas, es que no se ha esforzado suficiente. Como una lluvia fina, el pensamiento que culpabiliza al pobre por ser pobre y al parado por no encontrar trabajova calando en el discurso político. Es en realidad el reverso del ideario del liberalismo económico, que entroniza la figura del emprendedor como modelo social y sitúa la competitividad como motor de cualquier progreso. En fase de bonanza económica, especialmente si está basada en dinámicas especulativas, este ideario tiene una gran aceptación social porque siempre hay historias de éxito fulgurante que mostrar. Pero en tiempos de crisis, puede volverse fácilmente contra los pobres y los parados, a los que se presenta como sospechosos de holgazanería y culpables de haber malbaratado sus oportunidades.
Aunque pocas veces se expresa abiertamente, el desprecio por quienes necesitan ayudas públicas acaba aflorando. A veces de forma inoportuna, como le ha ocurrido al candidato republicano Mitt Romney.Sugerir que casi la mitad de los norteamericanos son parásitos socialesha arruinado su carrera a la presidencia de Estados Unidos. Otras, de forma estridente, como cuando la diputada Andrea Fabra lanzó en el Congreso de los Diputados aquel burdo “que se jodan” en el momento en que se debatía recortar prestaciones a los parados. Y a veces sibilinamente, como cuando el diputado Josep Antoni Duran i Lleida afirmó que mientras los payeses catalanes lo pasan mal, en otras partes de España “hay campesinos que pueden quedarse en el bar de la plazay continúan cobrando”.
Estas palabras no son inocentes. “El relato que se hace de lo que ocurre es determinante porque contribuye a construir el marco conceptual que servirá de referencia a la hora de valorar lo que ocurre”, explica Montserrat Ribas, profesora de la Universidad Pompeu Fabra y coordinadora del grupo de investigación sobre Estudios del Discurso. Si en ese relato se introduce la idea de que los parados y los pobres son parásitos, es presumible que cuando se decidan recortes en las prestaciones, estos no encuentren resistencia entre quienes no sufren esa situación.

La crisis se presenta como catástrofe pero también puede verse como estafa
El sociolingüista George Lakoff, autor del libro No pienses en un elefante, ha definido el papel de estos marcos conceptuales en la conformación de la opinión pública. Cuando la ideología conservadora, afirma Lakoff, utiliza por ejemplo la expresión “hay que aliviar la carga impositiva”, el marco conceptual en el que se inscribe implica una visión de los impuestos como algo que aprieta, que oprime a la sociedad. Del mismo modo, cuando Mitt Romney se refiere a “ese 47% de la población norteamericana que no paga impuestos y depende de las Ayudas del Estado”, que se siente “víctima” y se “cree con derecho a recibir atención médica, comida o vivienda”, está diciendo que ni es víctima ni tiene derecho a esas ayudas. Esa idea forma parte de un marco ideológico según el cual, cada uno ha de espabilarse y si alguien es pobre o fracasa, es por su culpa. Algo habrá hecho mal. En este marco conceptual, los poderes se sienten legitimados para abandonar a su suerte a los desfavorecidos.
Todo discurso político tiene un marco conceptual de referencia. También el de la crisis. Montserrat Ribas ha observado que el relato que se hace de la crisis está orientado a neutralizar cualquier resistencia a las medidas que se aplican. “El relato hegemónico presenta la crisis como una catástrofe natural, que ha ocurrido por una serie de fuerzas que no podemos controlar y que tiene consecuencias graves para todos. Como en las catástrofes, hay que resignarse, aceptar los sacrificios y colaborar para salir de ella”.
Con este enfoque, la crisis no tiene responsables, ni se considera importante determinar cómo se reparten sus cargas. Una vez instaurado este discurso, quienes cuestionan las políticas de ajuste y se resisten a los sacrificios son malos ciudadanos, como sugirió Rajoy en Nueva York al ensalzar “a la mayoría de españoles que no se manifiesta, que no sale en las portadas de prensa”, en referencia a las protestas de la plaza de Neptuno de Madrid.

Corremos el riesgo de pasar del Estado de bienestar al de beneficencia
Montserrat Ribas invita a imaginar qué ocurriría si en lugar del “relato de la catástrofe” se impusiera “el relato de la estafa”. Estaríamos buscando a los responsables de lo ocurrido, les estaríamos exigiendo responsabilidades políticas y penales, y exigiríamos cambios radicales en la regulación del sistema financiero para evitar que vuelva a repetirse. “En este relato, el papel del ciudadano es totalmente diferente. No es de pasividad y resignación, sino de exigencia y reforma”, señala.
Y aún hay un tercer relato posible: el de la crisis como “golpe de Estado del capitalismo”. En este relato, la recesión es utilizada para limitar la democracia e imponer un sistema autoritario que permita someter a toda la población a los dictados del poder económico, en beneficio de este.
De momento, el relato de la crisis como estafa pugna por abrirse paso desde la plaza de Neptuno de Madrid y desde los foros sociales abiertos al calor del movimiento del 15-M. Pero en el discurso oficial el que predomina es el de la crisis como catástrofe.
La culpabilización de las víctimas aparece, en este contexto, como un mecanismo de legitimación de los recortes sociales. En la presentación del plan Prepara, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, insistió en que se iban a aplicar medidas contra los parados que no quisieran aceptar un trabajo, como si los parados españoles recibieran muchas ofertas de empleo. Báñez justificó los nuevos criterios de concesión de la ayuda de 430 euros en la necesidad de hacerla más equitativa y evitar abusos. Para justificarlo, declaró sentirse “insultada” al saber que había “hogares que ingresan 8.000 euros, en los que un niñato recibe una paga de 400 por no hacer nada”. De entrada, hogares en los que entran 8.000 euros al mes no hay tantos como para ponerlos como paradigma, pero lo que en realidad la ministra encubría con esta retórica era un drástico recorte en las ayudas, que a partir de ahora solo podrán cobrar quienes estén prácticamente al borde de la indigencia.

Hay un relato que utiliza la recesión para imponer una salida autoritaria
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunció también que los parados que reciben una prestación podrán ser requeridos para realizartrabajos comunitarios, como limpiar bosques, y que si se niegan, se les podrá retirar el subsidio. “En realidad, anunciaba algo que ya existe. Los trabajos de colaboración social están regulados desde 1994. Entre 4.000 y 6.000 parados realizan este tipo de colaboraciones y si no hay más es porque las Administraciones deben aportar la diferencia hasta el salario mínimo interprofesional, y no tienen dinero”, explica Paloma López, secretaria de Empleo de CC OO. “Es curioso que cuando la pobreza ha escalado dos puntos en un año y hay 1.737.000 hogares en los que todos sus miembros están en el paro, se insista tanto en la idea de que los desempleados no hacen suficiente esfuerzo para poder trabajar”, añade. “Con este discurso, las víctimas de la crisis se encuentran doblemente penalizadas: además de perder su empleo, son sospechosos de querer vivir a costa de los demás”.
Ignasi Carreras, director del Instituto de Innovación Social de Esade,subraya que la crisis ha aumentado la pobreza, pero muchos de los actuales pobres ya estaban en situación de exclusión social antes de que estallara. En la fase de máximo crecimiento España seguía teniendo un paro estructural del 8%. “En 2007, el 18% de la población se encontraba bajo el umbral de la pobreza. Ahora ese porcentaje es del 22% y lo que ha ocurrido es que quienes ya eran pobres, están mucho peor”. Durante la crisis han aumentado las diferencias sociales. “En 2007, la diferencia del PIB per cápita medio del 20% de los más ricos era 5,3 veces mayor que el del 20% más pobre; ahora es 6,9 veces mayor”, señala Carreras.
Hay pues más pobres que además están peor y tienen menos posibilidades de salir del agujero. Porque justo cuando más se necesitan, la crisis está erosionando también las políticas de inserción social. Así lo confirma Nacho Sequeira, director de la Fundación Exit,una entidad creada en Barcelona para facilitar la inserción laboral de jóvenes de 16 a 21 años con un perfil de fracaso escolar. “Los alumnos con mayores dificultades pueden salir adelante si tienen un acompañamiento adecuado. Pero en un momento en que hay índices de paro tan alto, las empresas demandan un tipo de trabajador que coincide con el perfil considerado de éxito. Los jóvenes menos formados o que necesitan un proceso de preparación más largo, tienen ahora menos posibilidades”, señala. “Se está desmontando el discurso de la promoción social”, corrobora Isidro Rodríguez, director de la Fundación Secretariado Gitano. “Ver que hay gente de clase media que tiene que acudir a Cáritas o a los comedores sociales causa mucha alarma. Todo el mundo teme encontrarse en esa situación y acepta con naturalidad que se destinen los recursos a los casos extremos. Se está instaurando un discurso de la urgencia en el que, como todo está muy mal y hay que atender lo más urgente, los programas de inserción social quedan relegados”.

El discurso culpabilizador genera angustia e insolidaridad
La consecuencia es bastante previsible: quienes están en esos programas pasarán a engrosar en poco tiempo las listas de quienes tienen necesidades perentorias y han de acudir a Cáritas. “La crisis puede suponer una marcha atrás de varias décadas en las políticas de inserción social”, advierte Isidro Rodríguez.
Esas políticas no solo son necesarias, también son económicamente rentables. Cuando en Francia se produjo la crisis de los campamentos gitanos, toda Europa miró hacia España. En los últimos 30 años, las condiciones de vida de los gitanos españoles han mejorado de forma espectacular. “El éxito se debe a dos factores: nuestro tardío Estado de bienestar ha sido inclusivo con los gitanos; han podido beneficiarse de políticas de acceso a la vivienda, la educación y la salud. Pero además se han aplicado programas específicos de acompañamiento educativo, de realojamiento o de integración en el mercado laboral”, señala Isidro Rodríguez. El resultado es que ahora todos los niños gitanos acaban al menos la enseñanza primaria, y el objetivo ahora es que también terminen la secundaria. Y si en 1978, el 75% de las familias gitanas estaban instaladas en infraviviendas, en 2007 ese porcentaje se había reducido al 12%. Y las que viven en chabolas, hasta el 4%. Estas cifras muestran que la inserción es posible. Que ir al colegio y vivir en barrios normalizados abre oportunidades y no solo ellos, sino todo el país sale beneficiado. Los programas de acompañamiento permiten que el horizonte de un joven gitano no sea ya la chatarra o el mercado ambulante.
Pero el presupuesto de la fundación Secretariado Gitano para 2013, de 17 millones de euros, es un 20% inferior al de este año y se mantiene gracias a que el 60% de sus fondos proceden de la Unión Europea. “Se está aprovechando la crisis para deslegitimar este tipo de programas”, dice su director.
Pero la pobreza no solo se nutre de colectivos en riesgo de exclusión. Hay también nuevos perfiles de pobres que viven su situación de precariedad con una gran angustia pues son personas preparadas que forjaron sus expectativas en los años de bonanza. ¿Quiénes son esos nuevos pobres? Son aquellos para los que el ascensor social, en lugar de subir, está bajando. El discurso oficial no los trata como tales, pero Montserrat Ribas señala dos ejemplos: “Esos jóvenes profesores asociados de la universidad que se han quedado sin trabajo por los recortes, o aquellos que se han quedado cobrando 500 euros al mes. También podría incluirse a muchos de los investigadores que trabajan en una plaza Ramón y Cajal”. Estamos hablando de jóvenes científicos que han hecho una tesis doctoral en el extranjero y hacen investigación de primera línea. No es que fueran unos potentados de la ciencia, pero si a un sueldo de 1.100 euros al mes se le recorta el 25%, lo que queda fácilmente cae por debajo de los índices de pobreza. Estos talentos empobrecidos ven con estupor que no hay dinero para la investigación, pero sí lo hay para rescatar a la banca.
Se ha repetido que para triunfar en la vida se ha de ser emprendedor, estar muy preparado y ser competitivo. Pero, como apunta Ignasi Carreras, no todo el mundo tiene un perfil emprendedor, no todo el mundo ha de hacer un negocio y por muy activo que alguien sea, si cierran las empresas y se destruye empleo, es muy difícil encontrar trabajo. En este contexto, la idea de que solo los mejores saldrán adelante y de que quienes quedan relegados es porque no valen o no se esfuerzan está teniendo efectos psicológicos devastadores en los muchos jóvenes que se estrellan una y otra vez contra la realidad de un mercado laboral en caída libre.
El mismo marco conceptual que permite culpabilizar a los pobres y a los parados es el que opera en los países del norte contra los del sur. El discurso culpabilizador genera angustia, pero también insolidaridad. Y abre la puerta a una nueva ignominia: la competencia feroz entre los mismos pobres por los escasos recursos disponibles. “No quiero ser apocalíptico, pero lo peor que nos puede ocurrir es que después de la crisis económica venga la crisis social”, afirma Isidro Rodríguez. “Los países que mejor resisten la crisis son aquellos que tienen un Estado de bienestar más sólido y una sociedad civil fuerte y cohesionada. No podemos pasar del Estado de bienestar al Estado de beneficencia”, concluye Carreras.

 

jueves, 4 de octubre de 2012

Represores y reprimidos Arturo González



La Cifu dice, en sus oposiciones a ministra, que conviene modular las manifestaciones, y parece que el Gobierno acepta la sugerencia. De modo que démonos por modulados. Aquí todo se modula. Modulan el Código Penal y ponen la perpetua, modulan los recortes y Europa nos rescata. Ahora parece que nos van a modular las pensiones. Gobernar es modular, en su peor sentido. Los presidentes de las Comunidades autónomas se reunieron para hacer como que debatían, y al final tragaron como corderitos. A Artur Mas ya han empezado a modularlo, y ya solo reclama-suplica algún dinero a cuenta y retrasos en los plazos de pagos. Al PP y al PSOE los van a modular en el País Vasco entre el PNV y Bildu. En Galicia está por ver si Mario Conde se modula a Núñez Feijóo. El ministro Wert afirma que la causa del independentismo catalán estriba en el idioma y la escuela. Cuantas más bobadas dices, menos te modulan. Mou y Ramos siguen enzarzados y modulándose recíprocamente. Es estremecedora y criminal la modulación que se viene haciendo a quienes no pueden pagar la hipoteca de sus pisos por haber perdido su trabajo: 526 desahucios diarios, diarios, cada día de los últimos meses, ante nuestra falta de indignación colectiva, ¿hemos reflexionado, nos hemos dado cuenta de esta cifra?, como ya saben 150.000 personas se presentan para 150 puestos de trabajo, sin saber en qué consiste el trabajo, qué duro es ser cronista del desamparo y del no poder dar ni una buena noticia, los policías se manifiestan y defienden a los antidisturbios en las actuaciones de los últimos días, en lugar de modularlos con severidad, la Iglesia nos sigue modulando a los españoles y no permite que se le rebaje ni un céntimo en los Presupuestos Generales del Estado, en Guipúzcoa gobierna Bildu, que, siguiendo la teoría de Franco pero al contrario, modula a los empresarios obligándoles a presentar sus proyectos exclusivamente en euskera si quieren ser adjudicatarios de alguna obra o licencia, aquí la que de verdad nos modula a todos es Angela Merkel, a pesar de que los españoles trabajamos al año un 20% más de horas que los alemanes según datos oficiales, aquí nos modulan todos los días con la Constitución interpretándola como quieren y les conviene, nos modulan con la angustia que nos hacen soportar, nos modulan con la mentira constante, nos modulan porque ellos son los buenos, fuertes y poderosos, y nosotros los malos, débiles y vencidos. Tendremos que manifestarnos para decirles que están equivocados y es al revés.
Y, como colofón, el Fiscal General del Estado, tan amante de Gary Cooper, también quiere modularnos. Dice ‘dejemos que la gente se reúna y manifieste’, como si nos perdonaran la vida y fueran ellos quienes nos dan permiso para ejercer nuestros derechos constitucionales, y ellos no fueran mandados nuestros.
Y con toda insolencia añade: ‘pero reprimamos a todos aquellos que utilizan esos derechos de libertad de expresión o reunión para socavar los cimientos del Estado de Derecho’, también como si él y ellos fueran los únicos tenedores del significado de un Estado de Derecho. ¿Se refiere a los miles de personas que se manifestaron en España los días 25, 26 y 27 de septiembre? ¿No quieren los ultrarreaccionarios acabar con el Estado de Derecho, no lo quieren los republicanos, no lo quieren los exaltados nacionalistas, y no los reprimen, sino que autorizan sus manifestaciones?
Lo más ofensivo del discurso de este señor es de un lado el tono paternalista, de otro el dogmático, y de otro su integración en el ala más dura del Gobierno que le designó para el cargo.
Siempre interpretan sesgadamente las leyes dadas democráticamente, en contra de los derechos fundamentales de la mayoría de los ciudadanos. Siempre tienen cerradas las espitas para las reclamaciones sociales, amparándose en imaginarios fantasmas de revoluciones. Siempre extienden la culpa de unos supuestos incontrolados, tantas veces infiltrados, a la totalidad de manifestantes.
Esta historia del 25-S se ha convertido, la ha convertido definitivamente el Fiscal General del Estado, en el punto medular de la muerte de la democracia. Creen que con el miedo, la advertencia y la doctrina van a conseguir la paz frente a los rebeldes.
Siempre que llegan al poder se vuelven intolerantes.
La economía puede ser la gasolina, pero la negación arbitraria de derechos esenciales es la cerilla. El señor Torres Dulce la ha lanzado encendida sobre el ansia democrática de los españoles. Lo dicho: tendremos que manifestarnos para decirles que los buenos, fuertes y poderosos somos nosotros.
El juez Pedraz ha pedido las actas del Congreso del 25-S que reflejan que no se alteró el orden. Por lo tanto la manifestación “Rodea el Congreso” no afectó al funcionamiento de la Cámara y por lo tanto no puede imputarse delito contra las instituciones del Estado.
Que hay jueces con ideología, pues claro, la imparcialidad no existe, pero la justicia (sinónimo de aplicación de las leyes), sí. Por eso el PP cambia las leyes que no le convienen por su ideología liberal ¡y tiene muchos adeptos!
No sé cómo vamos a salir de ésta. Seguramente mal. Seguramente nos va tocar pagar la cena, las copas y otras cosas a algunos. Y seguramente lo haremos con el dinero de nuestra sanidad y de la educación de nuestros hijos. Quizá es ya tarde para evitarlo.
Pero sí que sé que esto no va a pasar nunca más. Que un día, más pronto que tarde, todos los que se fotografían a diario y los responsables de todo e
ésto afrontarán sus responsabilidades y que la ciudadanía se va a organizar desde ya para decirles a todos bien claro quienes son los poderosos.
Estudiaremos sin descanso todos y cada uno de sus entresijos y los arrasaremos para siempre en las urnas en cuanto tengamos la posibilidad de ello. Toda la ciudadanía unida los sepultará políticamente y los sentará, a todos, ante los tribunales. Quizá sea un ignorante, quizá no

domingo, 30 de septiembre de 2012

Una selección de imágenes de las protestas...

Fernando Garcia ha compartido la publicación de EL PAÍS contigo.
EL PAÍS
Una selección de imágenes de las protestas del 25-S, como esta de Alberto Martín (EFE), en nuestra fotogalería http://politica.elpais.com/politica/2012/09/25/album/1348574023_950325.html#1348574023_950325_1348599770 
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Imanes "absorbentes", una solución para limpiar...

Fernando Garcia ha compartido la publicación de CNN en Español contigo.
CNN en Español
Imanes "absorbentes", una solución para limpiar derrames petroleros: http://on.cnn.com/RipHYs
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Texto leído en la plaza de Neptuno a las 20h 29s y seguiremos



El pasado 25S nos convocamos a rodear el Congreso de los diputados para rescatarlo del secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y los mercados financieros. Una ocupación ejecutada con el consentimiento y la colaboración de la mayoría de los partidos políticos. A pesar de las constantes amenazas, las manipulaciones mediáticas y la intensa campaña para infundir temor en la población, decenas de miles de personas acudimos a la cita y dijimos alto y claro que no tenemos miedo, que estamos juntas en esto y que no vamos a pararnos hasta que dimitan y se inicie un proceso constituyente.
El gobierno nos respondió con golpes, infiltraciones, detenciones, violencia indiscriminada, heridos y un despliegue policial absolutamente inédito. Sin embargo… perdió. Las imágenes de la represión han dado la vuelta al mundo y la visita de Rajoy a la ONU quedó completamente ensombrecida por la capacidad organizativa y comunicativa que hemos demostrado. El debate sobre la legitimidad de la acción del 25 se ha abierto, y hoy toda la sociedad española habla de ello, debate, opina, toma posición. Hemos iniciado una gran conversación y este es el camino que queremos seguir.
Por mucho que gobierno y medios de comunicación traten de convertir nuestras reivindicaciones en un problema de orden público, salir a la calle a reivindicar derechos es hacer política, manifestarse es hacer política, tomar la palabra es hacer política.
Seguimos aprendiendo. Hoy, 29 de septiembre, las calles se han vuelto a llenar con miles de personas que dicen basta y que quieren tirar del freno a una realidad que se está volviendo cada vez más insoportable. Y además, hoy, salimos para acompañar y sentirnos acompañados por nuestros hermanos y hermanas portugueses, griegos e italianos, rodeando su propio parlamento. Los “Cerdos” son ellos, nosotros y nosotras somos el sur de Europa, y sin el sur de Europa, no hay Europa posible.
Seguimos rodeando el Congreso porque queremos dar un salto en la movilización social y poner en el centro la recuperación de la soberanía y del poder ciudadano, es decir, de la democracia. En este año y medio hemos aprendido a integrar, a pensar y actuar colectivamente, entablando alianzas imprevisibles: mareas de todos los colores tomando la ciudad; vecinos y vecinas parando desahucios, funcionarios y funcionarias cortando calles… Ahora sabemos descifrar complejos conceptos económicos y legales, cuidarnos y cuidar a las demás, comunicarnos mejor, gestionar espacios de participación y discusión en las redes, las plazas,y los centros de trabajo; reírnos de la violenta estupidez del poder, ante la que, cada vez más, resistimos en lugar de correr. Hemos logrado ampliar los métodos de las viejas formas de lucha, y hemos llevado a cabo iniciativas que queremos seguir desarrollando desde abajo, sin atajos y paso a paso. Porque creemos que el tiempo de las decisiones tomadas por unos pocos ha terminado; porque, frente a quienes quieren dejarnos sin futuro, tenemos los medios y la inteligencia colectiva para decidir y construir la sociedad que queremos; porque no necesitamos falsos intermediarios, sino recursos y herramientas colectivas que fomenten activamente la participación política de todas las personas en los asuntos comunes.
Seguimos rodeando el Congreso para decirles a quienes dicen mandarnos que no, que desobedeceremos sus imposiciones injustas, como la de pagar su deuda, y que defenderemos los derechos colectivos: la vivienda, la educación, la salud, el empleo, la participación democrática, la renta. Para iniciar un proceso que permita que los responsables de la crisis dejen de ser impunes, para que los pirómanos que han provocado nuestra crisis no sean recompensados y empiecen, en cambio, a ser juzgados.
Ni el gobierno de Zapatero, ni el de Rajoy nos han escuchado. Ambos han traicionado a sus propios votantes llevando adelante medidas que prometieron que nunca pondrían en marcha. No obedecen a los ciudadanos, no tienen la valentía ni interés para hacerlo. El gobierno Rajoy, por lo tanto, no nos sirve y exigimos su dimisión.
Hoy se han presentando los presupuestos generales del Estado para el año que viene. Esos presupuestos son el resultado de una reforma de la Constitución ejecutada a medias entre el PSOE y el PP sin que la ciudadanía pudiera decir nada al respecto. Esos presupuestos dedican mucho más dinero a pagar una deuda ilegítima que a las necesidades sociales que puede articular una salida colectiva de la crisis. Esos presupuestos son una vergüenza para la soberanía nacional, para la democracia. Y por eso tenemos que pararlos.
Queremos hacer un llamamiento a una nueva movilización cuando los presupuestos se discutan en el Parlamento. Queremos estar de nuevo aquí esos días para decirles que no, que se acabó gobernar sin preguntar.
Exigimos también el cese de la criminalización, la libertad de la persona aún detenida y que se retiren todos los cargos imputados a las otras compañeras que asimismo fueron vejadas y maltratadas en virtud de unas diligencias intolerables en un estado de derecho. Que se abra una investigación sobre la actuación policial durante el día 25.
Estos días hemos visto que podemos, si nos organizamos, si nos comunicamos, si usamos nuestras redes e infundimos confianza, calma, inteligencia colectiva. Por eso os proponemos que participéis en la Coordinadora25S, no sólo aquí en Madrid, sino en todas partes, que organicéis vuestros propios nodos de esta red, que hagáis vuestras las convocatorias… Nos están quitando lo poco que quedaba por defender. Nos queda absolutamente todo por construir.
No tenemos miedo.
Los presupuestos de la vergüenza, los vamos a rodear.
Que se vayan.
                                       Sí se puede.