sábado, 2 de marzo de 2013

“La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”. ¿Groucho asesor laboral del PP?




“Ante lo que Cospedal intentaba explicar, por un momento pensé si sería Groucho Marx el asesor laboral del Partido Popular, pero Groucho hace muchos años que falleció y no podía ser.”
Cuando el pasado día 25 escuchaba a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, intentando explicar a los periodistas el contrato de Luís Bárcenas, me vino a la memoria aquella escena de la película “Una Noche en la Opera” interpretada por los Hermanos Marx, en la que Groucho Marx le leía a su hermano Chico aquel contrato rocambolesco que decía aquello de: “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”. A Chico no le parecían bien algunas de las partes de aquel contrato y con sus propias manos lo iba recortando y tirando los trozos de papel al suelo. Ante lo que Cospedal intentaba explicar, por un momento pensé si sería Groucho Marx el asesor laboral del Partido Popular, pero Groucho falleció hace muchísimos años y no podía ser, pero si cabía pensar que alguien se había inspirado en él a la hora de redactar el contrato con Bárcenas. Cada vez que en el PP se habla de este contrato dicen una cosa distinta al parecer, como hacía Chico, alguien lo recorta pero le pone nuevas clausulas o le da un sentido diferente.
Cuando todos pensábamos que, desgraciadamente, ya conocíamos la reforma laboral de Rajoy en lo que a contratos y despidos se refiere, resulta que está incompleta, a la ministra de Desempleo, Fátima Báñez, se le olvidó incluir la modalidad del “Contrato Simulado” que ya en 2010, según Cospedal, puso en práctica el PP, cuando aún no estaba en el Gobierno, al dar de baja a Bárcenas y al mismo tiempo hacerle un contrato de trabajo. Al parecer esto de la “simulación” va parejo con aquello de “no es lo que parece”. O sea, es un contrato pero no lo es. Algo parecido a aquello de “la parte contratante de la primera parte…”. No sigo porque me voy a liar como Cospedal cuando intentaba “meterle la pirula” a los periodistas. A todo esto los expertos en temas laborales dicen que esto del contrato “simulado” supone una infracción grave.
Lo del contrato “simulado”, no es nada nuevo, ya lo pusieron en práctica algunos empresarios hace años dando de alta en sus empresas a familiares y amigos para que el día de mañana pudieran disfrutar de una pensión, ante esto yo no tengo nada que objetar, que no haríamos por favorecer a un familiar o a un buen amigo, hay que tener en cuenta que somos humanos, si me apuran yo diría que me parece hasta normal. Lo que ya no me parece tan normal es que a estos familiares y amigos a los que por cierto no se les veía por el centro de trabajo, cada cierto tiempo se les “despidiera” o finalizaran el contrato y pasaban a cobrar la prestación por desempleo con cargo al dinero público y que durante su estancia en el paro la empresa se ahorraba salarios y cotizaciones a la Seguridad Social. A esto hay que añadir que estos familiares y amigos que no aparecían por el centro de trabajo, también se les pagaban, con cargo a la Seguridad Social, las bajas por enfermedad. Obvio es decir que cuando se les acababa el paro se les volvía a contratar. Y así una y otra vez hasta que se descubrió el pastel. También existía aquello de que cuando una empresa cerraba y se declaraba insolvente, el empresario solía declarar ante la Magistratura de Trabajo que aquellos que demandaban a la empresa, que en muchos casos eran parientes y amigos del empresario, porque no se les había dado de alta pero que llevaban varios años trabajando para ese empresario, sí era cierto que habían trabajado para él, con lo cual estos familiares y amigos pasaban a cobrar el despido y los salarios pendientes y de tramitación con cargo a los fondos del Fogasa sin saber ni donde se hallaba ubicado el centro de trabajo. Aquello también se acabó. Creo.
De todo esto que está ocurriendo me llama la atención el hecho de que algunas personas relacionadas estrechamente con el Partido Popular están tocadas por la Gracia Divina y “anden” bien de dinero. A unas se les ha dado el don divino de que el marido sea un experto en inversiones bursátiles, no uso el concepto de “experto en la bolsa” porque se puede prestar a malignas interpretaciones, y la esposa una gran entendida en arte. También hay alguna otra persona que goza del mismo privilegio divino que ha comprado en distintas ocasiones décimos de la Lotería Nacional y ha sido agraciado varias veces con el premio gordo. “Arrimarse” al PP es como tocar el cielo.
Lo más llamativo sobre Bárcenas, es que este se ha querellado contra el PP por “despido improcedente” ya que, según él, fue contratado como asesor en marzo de 2010 hasta el 31 de enero pasado y que ha sido despedido sin su consentimiento. Tanto Cospedal como Floriano, han quedado con el trasero al aire, lo siento por la señora, ya que estos han afirmado por activa y por pasiva que Bárcenas fue dado de baja en 2010 y que el dinero que ha venido percibiendo mensualmente durante en estos dos últimos años no era un salario sino un “pago diferido” como indemnización. ¡Ay, ay, ay, ay! Que trabajos nos manda el señor…

jueves, 28 de febrero de 2013

Prepotentes que todo lo arreglan,



El futuro aún no ha comenzado


Gota de la vergüenza: han cometido el delito más grave, el de ser pobres.

Gota maravillosa: sería maravilloso… si no fuera irreal. Los Premios institucionales, como el Ppe. de Asturias, son reales (y Reales), y los pobres desahuciados son eso, pobres y por ello desahuciados… irreales en el mundo de los eternos ‘brotes verdes’.

Y ahora a por el futuro (imperfecto). En las Españas ya hemos tenido el equivalente al ‘antipolítico’, sin ir más lejos tuvimos al cutre y ostentoreo GilyGil y antes al no menos cutre y a la vez ostentoreo Ruiz Mateos. En el lado diríamos menos cutre pero no por ello más fino, salvo por el engominado-fashion, está el periclitado Mario Conde que recibió la puntilla en las últimas elecciones gallegas. 

Curiosamente Italia y España son sociedades que han estado muy marcadas por un pasado fascista que, en nuestro caso, está lejos de quedar sepultado por la Historia, y de eso dan fe los 150.000 cadáveres abandonados todavía en cunetas y pozos. 

¿Quiere esto decir que estamos ya vacunados contra el ‘populismo apolítico’? Yo no me atrevería a jurarlo ni siquiera poniendo la mano en el finiquito de Bárcenas… Porque el problema de la anti política ‘apolítica’ es que tiene demasiadas concomitancias con los populismos prefascistas, fascistas e incluso post fascistas. En la ‘educación para la anti-ciudadanía’ que recibimos a lo largo de los 40 ominosos años la política quedo equiparada a la ‘politiquería’, como si una dictadura fuera ajena, precisamente, a las prácticas corruptas e impunes que se alimentan de su propia naturaleza dictatorial… 



¿Es traspasable a España lo ocurrido en las elecciones en Italia con el Movimiento Antipolítica 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo que ha obtenido el 25% de los votos? No, en mi opinión. Por falta de líder. Los líderes son necesarios. En todos los grandes momentos de la historia ha habido un líder. En España los últimos movimientos habidos o en fragua, 15-M, Frente Cívico, Movimientos antisistema y demás se diluyen en la inoperancia práctica, consiguiendo solo conquistas mínimas, en número que no en importancia, como por ejemplo los desahucios. Aquí somos más de protestar al viento. Nos refugiamos en la abstención como represalia y método de lucha, ignorando que da igual que se abstengan 20 que 50. Se les ignora y punto y seguido. Con seguridad aquí hay tanta o más gente decepcionada e irritada que en Italia, pero es imposible, por nuestro anarquismo mental, que se estructure un bloque político-antipolítico con fuerza que consiga en unión el 25% de los descontentos hartos de la política.
Aquí, en contra de lo deseado con las manifestaciones del pasado sábado, y a pesar de lo de Italia y de lo de Bárcenas, el futuro todavía no ha comenzado y seguimos con nuestro trote borriquero: El Rey no abdica, ni siquiera se le ha pasado por la cabeza y el día 3 se opera tan ricamente de su dolencia de columna. El Parlamento sigue votando las mismas cuestiones estúpidas. Los ministros continúan devastando la ética y la moral de España, Rubalcaba no dimite pase lo que pase, de IU no conocemos su grado y tipo de comunismo, Catalunya juega a los dados, la prima de riesgo vuelve a subir como el Apolo, la Bolsa arrasa con los ahorros de ricos y menos ricos, cualquier Corinna puede hacer gratis tareas secretas para el Estado, los antidisturbios son angelitos sin sexo, la corrupción es declarada Bien de Interés Nacional, Bárcenas juega a la oca y a la buija de la contabilidad B y el despido, los economistas más sabios vuelven a vaticinar el rescate imprescindible, los medios de comunicación ni están ni se les espera, la gente se refugia en la televisión y se acopla resignadamente a su creciente pobreza, la fe en Dios se mantiene, Rouco sigue de teniente general de la Iglesia, y Rajoy es el Gran Hermano, émulo gemelo, compi y amigo del fracasado Mario Monti y sus recortes bestiales, asesino económico de España que ha lanzado al vacío de la desesperación a millones de trabajadores, depredador de pensionistas, defensor del capital, torpe político que ha convertido las medidas de austeridad en tortura gradual. Todo sigue su marcha normalmente. El futuro es presente duradero, o mejor el presente es futuro aplazado. Será la herencia que dejemos. Todos somos Beppe Grillo, es decir, unos irresponsables cabreados.
Lo peor es que no hay posibilidad, como única salida, de que España se disuelva por completo y luego que cada uno recomience como quiera como cuando los celtíberos o como el destino de la violencia depare. Hasta que el anarquismo se depure y se organice nuevamente en el sistema político habitual. Esto no tiene más arreglo, pues, que el trote borriquero, aguantar con lo que pase. En el fondo somos unos burgueses o aspirantes a burgueses de tomo y lomo. Y unos sadomasoquistas, nos gusta que nos arreen. Somos inconformistas de papel. ¿Será posible que el futuro sea un cadáver? Somos inmunes a la vida, al progreso, a la justicia social, a organizarnos seriamente, a ser, por fin, un país emergente, de siniestro presente y pasado olvidado. Arre, borrico, ya falta menos para llegar a la revolución, la ciudad y tierra prometida del futuro. Con un palito le damos le damos en los ijares para que camine ligero.
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Gota MARAVILLOSA: La Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha sido propuesta por el Colegio de Arquitectos de España para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Esperemos que se lo concedan: pocos Premios Príncipes de Asturias habrán sido tan justos como éste.
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Gota DE LA VERGÜENZA: El número de comedores sociales existentes ya en España ha aumentado vertiginosamente. ¿Qué delito han cometido quienes tienen que acudir a ellos?

Muy recomendable este articulo, el problema que tenemos en España es que además estamos gobernados por auténticos asnos y claro, así nos va...



Las pensiones y el fin del crecimiento



El futuro de las pensiones se plantea con demasiada frecuencia basándose en el crecimiento económico infinito y olvidando completamente la crisis ecológica. Se nos dice a menudo, incluso desde la izquierda, que si el Producto Interior Bruto (PIB) fuese en 2050 más del doble que en 2013 (o sea, una tasa de crecimiento medio del 1,9% anual), no habría un verdadero problema de financiación: si el «pastel» aumenta, puede distribuirse una mayor parte a las personas jubiladas sin quitarle nada a nadie. Es el argumento que, por ejemplo, encontramos en el artículo de Vicenç Navarro publicado el 6 del 2013 en El País (disponible en su blog). Dada nuestra cercanía ideológica con este autor en torno a la cuestión de la justicia social, el propósito de este artículo es debatir algunas de sus aserciones para que los movimientos transformadores integren el fin del crecimiento en sus reflexiones y en su práctica.
Vicenç Navarro comienza su argumentación mediante la constatación de un hecho según él de especial importancia: “El del aumento de la productividad, es decir, que un trabajador dentro de 40 años producirá mucho más que un trabajador ahora” (…) “casi el doble en 2050 que ahora, con lo cual podría mantener casi al doble de pensionistas.” Esta visión se fundamenta en considerar los aumentos de productividad como intrínsecamente positivos, sin cuestionar su calidad y orientación. En este sentido, el caso del sector agrícola, que Vicenç Navarro tomó como ejemplo, es paradigmático. Comenta que “hace 40 años el 18% de los españoles adultos trabajaba en la agricultura. Hoy solo el 2% lo hace, y este 2% produce mucho más de lo que producía [el 18%] hace 40 años.” Sin embargo, el sistema agroalimentario global ha conseguido producir tanta cantidad con tan poca mano de obra sobreexplotando los recursos naturales (y las personas). Es un modelo insostenible (e injusto) que requiere enormes cantidades de petróleo para fertilizantes, pesticidas, ultra-mecanización del campo, transporte globalizado, refrigeración, etc. y es responsable de hasta el 57% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En la era del crecimiento, buena parte de los aumentos de productividad alcanzados por la sociedad industrial son productivistas, es decir, nocivos para la sostenibilidad.
Por supuesto, eso no significa que todos los aumentos de productividad sean contraproducentes. En ciertos sectores, como puede ser la agroecología, las energías renovables, la movilidad sostenible, etc., hay aumentos de productividad defendibles desde un punto de visto ecológico y social. Sin embargo, durante la transición hacia una sociedad justa y ambientalmente viable, disminuirá la productividad en muchos sectores en los que se pasaría de producciones «insostenibles» a producciones «sostenibles» con respecto a las redes antiguas dado que hace falta más trabajo (un 30% más en la agricultura ecológica por ejemplo) para producir las mismas cantidades con menos energía. Dicho de otro modo, una cesta de agricultura ecológica relocalizada es menos “productiva” que una cesta de agricultura intensiva globalizada, pero es más saludable y más respetuosa del medioambiente y de las generaciones futuras. Por tanto, una sustitución virtuosa (menos desempleo, menos energía) se traducirá por una disminución de los aumentos de productividad en términos económicos clásicos.
Segundo, Vicenç Navarro argumenta que “si la productividad creciera un 1,5% por año, que es el promedio de crecimiento en los últimos 50 años, el PIB de España en 2060 sería 2,20 veces mayor que en 2007” (lo cual significaría que en 2060 quedaría mucho más dinero tanto para pensionistas como para no pensionistas). Sin embargo, el incremento medio de productividad en los últimos 50 años esconde otra realidad menos entusiasta: en este mismo periodo de tiempo ha habido una decadencia estructural de los aumentos de productividad (en España, oscilaba en los años 70 entre el 3% y el 6% y desde los años 2000 entre el 0% y el 2%) y es muy probable que siga así, sobre todo en los sectores productivistas. En este sentido, contrariamente a las tesis clásicas, asistiremos a escala macroeconómica a una fuerte caída de los aumentos de productividad y, por tanto, del crecimiento cuantitativo, debido al agotamiento de los recursos naturales (principalmente fósiles) y el cambio climático. Puesto que no existe progreso tecnológico que nos vaya a sacar de la crisis ecológica (que es a la vez energética, climática y alimentaria), hay motivos suficientes para pensar que los países de la OCDE van a salir del breve periodo de su historia en que los aumentos de la productividad, fuente esencial de su crecimiento (de las cantidades), han constituido el núcleo de su modelo económico y del progreso. Pero incluso concediendo que fuera posible, ocurre que no es deseable volver a la senda del crecimiento, aún menos tal y como se ha venido produciendo éste en los últimos años en España. Desde el punto de vista ecológico, el crecimiento no es la solución, sino más bien el problema. Por ejemplo, sólo con un ligero aumento del PIB mundial (¡ni siquiera del español!) de un 1% anual y una hipótesis de mejoras tecnológicas muy optimista, ya superaríamos en 2050 en un 25% las metas de disminución de emisión de gases de efecto invernadero que evitarían un aumento de temperatura de más de dos grados (umbral crítico a no superar según la comunidad científica).
Ya es hora de cuestionar la paradoja que consiste en defender los derechos de las generaciones futuras ante al cambio climático y en olvidar esta variable cuando se trata de sus pensiones a largo plazo. He aquí algunas propuestas para imaginar “unas pensiones sin crecimiento” (algunas propuestas coinciden, sin duda alguna, con otras de V. Navarro):
1.      Las pensiones de las generaciones futuras no requieren crecer más, sea como sea el crecimiento, sino distribuir la riqueza ya existente así como reducir las desigualdades. Significa hacer un balance de los miles de millones de euros recuperables anualmente sin crecimiento cuantitativo tomando el dinero de ahí donde está (plusvalías, economía sumergida, presupuestos militares, etc.).
2.      Desarrollar los servicios fuera de la lógica mercantil (salud, cultura, movilidad…) y el acceso a las riquezas no económicas (vínculos sociales, participación, naturaleza…) para fomentar el «vivir-bien» de las personas mayores en un mundo sostenible. Al centrarse en el poder adquisitivo, se confunde el «poder de vivir bien» con el «poder pagar» y se profundiza en la mercantilización del mundo.
3.      De este modo, favorecer los ingredientes del vivir bien de los jubilados en una sociedad sostenible en torno a cuatro pilares: autogestión, solidaridad, ciudadanía y ecología. Ello, sin duda, implica recursos financieros, pero de forma sobria y compartida.
4.      Fijar una renta máxima definida como un múltiplo razonable de una renta básica de ciudadanía decente para poner fin a la pobreza monetaria, como la de las personas mayores (en especial las mujeres). Eso sería económica, social y ecológicamente eficiente, y garantizaría el poder adquisitivo de las bajas y medias pensiones más proclives a caer en situaciones de riesgo de pobreza y exclusión social.
5.      Reflexionar sobre la financiación de las pensiones y de los servicios colectivos gratuitos o subvencionados, públicos o asociativos, dedicados a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores y a sus actividades en la ciudad, lo cual sería decisivo para las personas de ingresos modestos.
6.      Promover una sociedad con altas tasas de empleo remunerado y sin crecimiento de las cantidades: es posible combinando aumentos de la sostenibilidad y de la calidad como fuentes de valor agregado, distribución equitativa del trabajo, reducción de la jornada laboral y de las desigualdades. Este tipo de “pleno empleo” (verde y decente) es una importante baza para la financiación de las pensiones.
7.      Mantener el derecho a una jubilación de buena calidad a los 65 años. A la vez que redistribuye el trabajo, relativiza la influencia excesiva del trabajo sobre la vida y sobre la Naturaleza. Para las personas mayores asociadas a algún tipo de organización no lucrativa, no faltan precisamente las actividades de voluntariado de utilidad social y ecológica.
8.      Luchar por la igualdad de las mujeres y los hombres con respecto al empleo de calidad y a los salarios. Buscar la igualdad profesional de género sería una enorme fuente de riqueza económica, con un resultado final de empleos socialmente útiles. Ello permitiría sumar varias decenas de miles de millones de euros a la financiación de la protección social.
El debate sobre las pensiones no puede escapar de la crisis ecológica y del fin de la era del crecimiento. Es un imperativo que los movimientos transformadores integren esa realidad y hagan propuestas novedosas para combinar a la vez justicia social y sostenibilidad ecológica.

miércoles, 27 de febrero de 2013

USAR Y TIRAR...




Seres humanos Vs. bolsos, sobres y yates...
“Lo que más me entristece de todo lo que está ocurriendo es la falta de empatía que mostramos con los más débiles y los inmigrantes ante los atropellos que sufren. Nuevamente se vuelve a repetir que el grupo más débil y con menos responsabilidades sea utilizado como chivo expiatorio. Hacer responsables a personas inocentes no hace nada más que absolver a los verdaderos artífices de lo que ocurre. Si no hacemos nuestras las causas y desgracias de estos grupos que en el fondo son las nuestras, si justificamos las injusticias que sufren con los mismos argumentos que nuestras élites usan para justificar las medidas que toman contra nosotros. Si nos seguimos enrocando en el pensamiento de grupo, que tantas desgracias ha traído y tantos crímenes explica en la historia de la Humanidad; Tampoco, podremos esperar otro comportamiento de nuestras elites hacia nosotros mismos. Ellos tienen también un comportamiento endogámico, de grupo. Un grupo cerrado que tiene sus propios intereses. No empatizan con nosotros. No sienten nuestras necesidades ni emociones. Ellos se sienten superiores. Creen que merecen todos sus privilegios y aun más. Han trabajado duro para ellos y hacen al resto responsables de su merecida mala fortuna”

¿Qué clase de personas somos, qué clase de sociedad queremos cuando permitimos estas acciones?

... El ‘ahorro’ que se supone puede generar dejar sin cobertura a los inmigrantes ‘ilegales’ son: 245 millones de euros. Por ejemplo, si el actual Gobierno tuviera algún interés en perseguir y castigar a los delincuentes fiscales – a los que los diferentes Gobiernos de España han indultado y amnistiado – podríamos recaudar alrededor de 88.500 millones anuales que, por ejemplo, por, únicamente, los últimos 10 años de impunidad equivaldrían a 850.000 millones de euros.

... Ante esta protección de la gran delincuencia, cuando el Consejero de Sanidad valenciano dice que “La sensación de que todo es gratis no es buena” o la misma presidenta de la Comunidad de Madrid por voz de su Viceconsejera se pregunta si “¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?” no podemos por más que sentirnos insultados..

USAR Y TIRAR...

De una sociedad que no valora a los seres humanos. Que los utiliza como si fueran cosas en beneficio propio nada se puede esperar. No podemos pedir para nosotros mismos unos derechos - que son derechos básicos inalienables e inherentes a la dignidad propia de todos de los seres humanos - si se los negamos a otras personas. Si esto hacemos no damos más que la justificación necesaria a que un día nos puedan ser arrebatados. Una sociedad así está moralmente podrida. De una sociedad así conformada, solo se puede esperar su autodestrucción, tarde o temprano, porque está socavando los cimientos de la convivencia y la confianza..

Ahora que somos inmigrantes....tenemos la misma visión de los que vinieron a buscarse la vida de la misma manera que ahora vamos nosotros??? Espero que fuera nos traten mejor de lo que nosotros tratamos a muchos de los que vinieron....aunque como dice el dicho...donde las dan las toman....