lunes, 17 de octubre de 2011

El Gobierno del Principado Roba 70 euros al año por familia y un recargo especial para la industria

Para el consumidor medio, el canon supone un desembolso adicional de 70 euros al año en sus facturas del agua. Las oficinas municipales de esos servicios se llenaron a principios de año de reclamaciones de clientes a los que el cambio pilló por sorpresa y que se vieron desconcertados por sus efectos. El tributo, tal y como quedó definido el año pasado, consta de dos partes: una tarifa fija de tres euros al mes por abonado (es decir, seis euros en los recibos de las empresas que facturan cada dos meses) y una parte variable según el consumo. Según el cálculo de Rabanal, cada uno de eso dos conceptos tiene un peso parecido (36 euros y 34) en importe total del canon para todo un ejercicio.
En la facturación variable, el canon pretende penalizar por tramos los consumos excesivos: el tributo grava con 39,9 céntimos cada 1.000 litros gastados hasta un tope de 30.000, con 47,9 céntimos cada 1.000 litros desde ahí hasta los 50.000 y con 55,9 céntimos cada metro cúbico por encima de esa cantidad.
Las empresas aún cotizan por un tercer concepto. En su caso, el canon tiene en cuente la composición de sus residuos para determinar su capacidad contaminante y gravar más a quienes más ensucian. La medida generó a principios de año una polémica que el paso del tiempo ha apaciguado.
La legislación autonómica es taxativa sobre el uso de esos ingresos. El canon solo puede usarse para pagar la ejecución, el mantenimiento y la explotación de instalaciones dedicadas a la depuración y el tratamiento de aguas residuales. En ningún caso puede desviarse para otros usos y es incompatible con otros impuestos regionales que compartan su objetivo.
Exigida por la legislación comunitaria, la extensión de la red a todos los núcleos de población cuenta con financiación de todas las administraciones, pero el Principado alega que construirla y cuidarla supone un gran esfuerzo para sus presupuestos. Según la información que proporciona en su web el Consorcio de Aguas Cadasa, una depuradora grande --la de Villapérez, en Oviedo-- necesita casi seis millones de euros al año para funcionar con normalidad. Las medianas --como Frieres, en Langreo-- se acercan a los dos millones.

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