miércoles, 17 de abril de 2013

No existe espectáculo más desolador que abrir una nevera y que no haya nada dentro.



¿Porqué no habrá estallido social? Porque hay 6 millones de parados y 16,5 millones trabajando y como bien ha dicho la solidaridad y la empatía no es una virtud española. Este gobierno de forma magistral, abyecta pero magistral, está conviertiendo a los excluídos en enemigos de los no excluídos ,aunque la mayoría no del todo incluídos pero da igual, en España tristemente da igual. 
Además existe otro factor igual de contundente, ¿quien promoverá dicho estallidos social? pero sobre todo ¿quien lo liderará? Los representantes de la izquierda, como los que se autedonominan únicos y verdaderos (ejemplo hay muchos en el foro), con que apoyos contarán si ni siquiera los excluídos cuentan con ellos, si ni siquiera tienen como principal prioridad acabar con la derecha, su principal prioridad es saldar cuentas con el PSOE, si ni siquiera son capaces de sacrificar algo su ego en aras de conseguir algo parecido a una victoria.
Un estallido social sin sentido, sin dirección, sin objetivos no es más que un cúmulo de frustraciones y violencia desatada, pero no consigue nada y a veces (no siempre) empeora todo.
Lo que hay que hacer es dejar la soberbia a un lado, el ego, la hiperdignidad, los maximalismos, los dogmas irrenunciables y comenzar a pensar como se puede sustituir a este gobierno de mierda (perdón). Al final se ha demostrado que el voto en contra cuando significa una pérdida del poder es lo único que le duele a la derecha.
Es lo que tienen los paises sin tradición ni educación política, que los cambios, las revoluciones, se hacen por razones bio-lógicas (hambre, frío) en vez de razones lógicas. Y ya sabemos que el cuerpo sobrevive bastante mas tiempo que la paciencia. De modo que yo también creo que de momento no hay 'revolución'. Y como somos bastante histriónicos los mediterráneos en general, todavía nos queda ver escenas de verdadero 'fin del mundo', pero, de no saltar una chispa detonante imprevista, tendremos que esperar a, como bien dice usted, ver el frigorífico con una triste pera, el 51% de la población. Entonces se montará 'nuestro apocalipsis hispano', ya sabe, sangre y cunetas abiertas por todas partes. El estilo de 'estos' sigue siendo el mismo que hace 50 años, y 100 y 300 : tétrico.
La esperanza, para mí, está depositada en la juventud y en la capacidad que tengamos de concienciarles sin dogmas en la búsqueda de ese 'mundo mejor posible', que, por supuesto no encaja en ningún nicho que ahora ofrecen estas falsas democracias parlamentarias occidentales, donde 'vales por lo que tienes', sino 'valemos todos lo mismo y la competencia está en SER en vez de TENER. 
Los pueblos de una gran parte del planeta queremos ser protagonistas de nuestro destino, ese es el gran cambio, sabemos que podemos y está en marcha inexorablemente.

Ya me callo. Y me importa tres cojones que me llameis ingenuo (o cosas peores), yo tampoco sé cómo echar a Rajoy o parar la 'regresión' y si lo supiera, nadie me haría ni puto caso..

No existe espectáculo más desolador que abrir una nevera y que no haya nada dentro. ¿A cuántos españoles les ocurre eso?
Mis competentes amigos me dicen que estamos muy próximos al estallido social. Yo creo que no. No se dan los niveles de deterioro económico para ello. Y, además, los españoles están aletargados socialmente y son reacios a la protesta masiva. Las manifestaciones lo corroboran. No se produce la queja colectiva y se limitan a lo sectorial, como por ejemplo las huelgas y concentraciones de batas blancas. Pero, y ya es redundante la pregunta, no se sabe dónde están los seis millones de parados, ni los ocho millones y medio de pensionistas vapuleados por la carestía de la vida, ni los tres millones de funcionarios de sueldos y extras reducidos, ni los perceptores de exiguas subvenciones o ni siquiera eso. Solo quejas continuas pero no unificadas de ahorradores engañados y arruinados, o desesperados, también continuas pero no unificadas, de desposeídos de sus viviendas. Y si no se produce esa unión no existirá la posibilidad del estallido. La prueba la veremos el próximo día 25 ante el Congreso de los Diputados. La gente se amolda a la pérdida de su capacidad económica. Porque, por supuesto, la pérdida de valores éticos o culturales no mueve a actitudes colectivas. Solo cuenta lo económico.
Lo relevante, en contra de la tesis de mis amigos, es que no huele a estallido, no se percibe, no se intuye, yo al menos, como inminente, y todo queda reducido al área del deseo y no generalizado. El poder, político y económico, está seguro de su capacidad de sujeción y represión, y existe gran número de ciudadanos que, temerosos o indolentes, prefieren dejar las cosas como están, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad y se muestran comprensivos con la acción gubernamental. En contra de lo que se dice, la solidaridad no es una de las mayores virtudes españolas.
Mis sabios amigos aducen que estamos en una situación insostenible y sin vías de arreglo, y una situación insostenible revienta, concluyen con datos, que es lo que a su juicio decide: 57.000 personas en lista de espera quirúrgica solo en Madrid, 35.000 desahucios en los últimos cuatro años, 27% de paro, copago hasta en asistencia domiciliaria a ancianos impedidos, comedores sociales de Caritas o municipales, bancos de alimentos, gente rebuscando comida en la basura con multas de 750 euros por hacerlo… Todo un descalabro social. O giro inmediato de 180 grados o esto revienta. Y la próxima declaración de la renta como puntilla.
La única diferencia con mis amigos reside en la inminencia o no del estallido. Por si acaso, el Gobierno engrasa las porras. La rebelión de las masas, que dijo aquél. El frigorífico vacío es el termómetro.
 Esperemos que lo del atentado de Boston sea obra de un loco y no de autoría árabe. Porque en ese caso, algún país será devastado, y la economía mundial caerá nuevamente en picado. Los USA siempre justos jueces del mundo y de sí mismos.
 El presidente de Pescanova vendió un 7.5 % de sus acciones en la empresa a escondidas, antes de instar el concurso de acreedores, y obteniendo un beneficio de 31,1 millones de euros. Es absolutamente necesario cambiar la legislación penal; no es admisible por más tiempo que las cárceles estén llenas con autores de pequeños o medianos delitos, y las grandes estafas, banca, cajas, empresa privada, etcétera, queden impunes.

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