martes, 3 de julio de 2012

Hace falta menos demagogia

En defensa de la sanidad y la educación públicas frente a los planteamientos de la patronal asturiana


 Antes de que el Partido Popular llegara al Gobierno oía decir frecuentemente en las críticas que hacía a las reformas del Ejecutivo de Zapatero que no se abordaba «el problema de fondo». Al mismo tiempo el PP aseguraba que no se iban a tocar los dos grandes sustentos básicos del Estado del bienestar: la sanidad y la educación. Falso, como estamos comprobando. Yo seguía sin saber a qué se referían cuando hablaban, el PP y la patronal, del «problema de fondo». ¿Quizás el endeudamiento de los bancos?, pensé con el devenir de los días. Pero ahora leo las declaraciones de García Vigón y resulta que abordar el «problema de fondo» es recortar gastos en sanidad y educación. 




Es claro que al señor García Vigón no le afectan esos recortes, aunque tampoco creo que le afecte la subida del IRPF. ¿Hasta dónde puede llegar el cinismo de ciertas personas que hablan de recortar «para mantener en el futuro la calidad de prestación adecuada»? ¿Qué es para el señor García Vigón una «calidad de prestación adecuada»? Dígalo, dígalo claramente, usted puede pagar la sanidad privada y la educación privada, quizás lo esté haciendo ya, y, por lo tanto, considera que es tirar el dinero dedicarlo a servicios de los que usted no se beneficia.




Gracias a esta sanidad pública que le parece un derroche, si usted o alguien cercano a usted, mañana u hoy, necesita el trasplante de un órgano, pongamos por caso, tendrá usted la seguridad de que dicha operación será hecha con las mayores garantías, gracias al funcionamiento de esa sanidad que usted quiere cercenar (si usted tuviera que acudir a la sanidad privada, mucho me temo que no tendría las mismas garantías, aunque tuviera dinero para pagarla). El ejemplo en educación, soy consciente, no puedo ponérselo, porque es evidente que en la enseñanza pública no le darán a sus hijos una educación «de clase», sino una educación solidaria y en unos valores que quizás a usted no le interese inculcar a sus descendientes (en cuanto a los conocimientos, puedo asegurarle, sin miedo al error, que no le está a la zaga). Hasta ahora la medida de fondo por excelencia que tomó el Gobierno de Mariano Rajoy, la cual, según los empresarios, iba a ponernos en el buen camino para salir de la crisis, sólo ha servido para aumentar el trabajo de los jueces (en muchos Juzgados de lo social las demandas por despido se duplicaron). Seamos sinceros, aquí estamos al grito de «sálvese quien pueda», es decir, aguantar la que está cayendo con las menores pérdidas posibles, la única diferencia es que los que defendemos los servicios públicos básicos para todos, estamos incluyendo a todos, incluido a García Vigón, y a los que dan vivas a la reforma laboral, evitando la mengua de sus capitales a costa de la ruina de muchos. No hagamos demagogia, entonces, cada uno se defiende de la manera que puede, no se trata de guiñar o no guiñar el ojo, son cosas bastante más serias.

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