Montoro y los suyos no se han dado cuenta de que empiezan a referirse a la crisis como a un teatro en llamas. "Estamos saliendo de la crisis", dicen una y otra vez. Y la imagen que se nos viene a la cabeza es la de miles de personas intentando abandonar sin orden ni concierto un local angosto, en el que alguien ha gritado: "¡Fuego!". En eso ha devenido la crisis, en un espacio sin extintor de incendios donde, el miedo ha provocado una estampida que amenaza con producir más muertes que la misma catástrofe. Los que han logrado abandonar el local en llamas sin problemas son, claro, los mismos que aseguran que ya se aprecia la luz al final del túnel. Lo dicen mientras se sacuden el polvo y se atusan el pelo con una mano mientras cobran un sobresueldo con la otra. No es que hayan logrado abandonar la crisis, es que no llegaron a entrar en ella.
viernes, 21 de junio de 2013
Se atusan el pelo con una mano mientras cobran un sobresueldo con la otra.
Montoro y los suyos no se han dado cuenta de que empiezan a referirse a la crisis como a un teatro en llamas. "Estamos saliendo de la crisis", dicen una y otra vez. Y la imagen que se nos viene a la cabeza es la de miles de personas intentando abandonar sin orden ni concierto un local angosto, en el que alguien ha gritado: "¡Fuego!". En eso ha devenido la crisis, en un espacio sin extintor de incendios donde, el miedo ha provocado una estampida que amenaza con producir más muertes que la misma catástrofe. Los que han logrado abandonar el local en llamas sin problemas son, claro, los mismos que aseguran que ya se aprecia la luz al final del túnel. Lo dicen mientras se sacuden el polvo y se atusan el pelo con una mano mientras cobran un sobresueldo con la otra. No es que hayan logrado abandonar la crisis, es que no llegaron a entrar en ella.
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