domingo, 11 de diciembre de 2011

Profetas, 'botellón' y copago

Fueron los profetas unos personajes audaces y valientes que, entre otras cosas, se atrevían a denunciar, incluso ante el mismo rey, las injusticias que veían en su pueblo. Por ello fueron perseguidos, torturados, encarcelados y ejecutados, como Juan Bautista, pero se mantuvieron firmes aunque sabían que su discurso no era bien visto. Actualmente, ya no quedan profetas, nos acomodamos ante todo lo que sucede en la sociedad, no queremos marcarnos. Navegamos por la autopista de lo cómodo. Los profetas de la iglesia actual, cuando surgen grandes problemas de tipo social, político o económico sugieren ideas, informan o aconsejan, pero tratando de no molestar demasiado. Una de las críticas que se hace a la Iglesia actual es que pasa de largo o mira para otro largo ante problemas que se pueden considerar «menores», pero que en realidad son temas de gran importancia. Uno de esos astuntos que afecta a la salud de mucha gente, especialmente a los jóvenes, es la droga y el alcohol y más concretamente el 'botellón'. Éste está asociado al mundo de los jóvenes, a su diversión y ocio, pero son las personas mayores quienes transmiten la idea de que el alcohol es compañero de ocio, de fiesta y de alegría. En las fiestas populares, en las romerías, en las bodas y bautizos, los adultos beben y beben como los peces en el río y dan ejemplo a los niños y jóvenes de que es divertido.
El 'botellón', desde hace años, no es una práctica de jóvenes fracasados o en paro. Acuden cientos o miles de chicos y chicas sobresalientes, a nivel académico y a nivel personal. Son chavales normales, que beben por beber, para verse más libres. Es una mezcla de noche con alcohol, ruidos y peleas, mientras los vecinos acumulan horas sin dormir y los políticos miran para otro lado.
¿Qué medidas hay para resolver esta situación? Unos 'expertos' nos dicen que es un problema familiar, pero los padres dicen que no pueden con sus hijos. Otros 'expertos' buscan la solución en los docentes. La verdad es que en la escuela -desde los 9 a los 12 años- y en los institutos -de los 13 a 18- los profesores bastante tienen con enseñar el temario del programa, ya les aprieta bastante la Inspección desde Oviedo para que den todos los temas, y mucho más ahora que han reducido profesores para desdobles, para apoyos y refuerzos, para talleres, para diversificación, para orientación profesional. Y todavía salen políticos que dicen que el problema jóvenes y alcohol debe corregirse en la escuela.
No sé donde se deberá corregir, pero es un problema grave que tiene daños para la salud de los jóvenes y para el bolsillo de los ciudadanos. Porque el 'botellón' lleva consigo un copago que tenemos que hacer entre todos: las patrullas policiales, las ambulancias, las urgencias en los hospitales, la limpieza de EMULSA. Todo eso lo pagamos nosotros y las horas sin dormir de los ciudadanos. El problema es grave y en Gijón el asunto está sobre la mesa. Esperemos que se resuelva para bien de todos.

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