"¿Qué Gobierno nos dará más vergüenza, cuál juzgaremos mayor catástrofe?"
Hoy votamos aquí, y como dije hace semanas, se trata más bien de inclinarnos por quienes nos dan cien patadas o por quienes nos dan noventa y nueve y media. Así es, al menos, para una porción notable del electorado. Los dos partidos que pueden gobernar ya lo han hecho, luego no podemos llamarnos a engaño ni podremos escudarnos en que no sabíamos, en que confiamos en alguien nuevo que después nos defraudó. Los candidatos a Presidente no son los mismos que desempeñaron el cargo, es verdad. Pero uno ha sido ministro y Vicepresidente de Zapatero, el otro fue ministro y Vicepresidente de Aznar y además fue designado por éste, a dedo, como su sucesor. En el improbable gabinete de Rubalcaba es casi seguro que nos encontraríamos con caras bien conocidas de los últimos ocho años. En el muy probable de Rajoy apenas cabe duda de que veríamos a gente de la vieja guardia de Aznar, como Trillo, Arenas, Montoro, Arias Cañete o Ana Pastor (engorroso que esa ex-ministra lleve el mismo nombre que la valiosa periodista de TVE); también a individuos que llevan dos legislaturas soltando falacias y exabruptos sin cesar, como Sáenz de Santamaría, González Pons o Cospedal. En el otro bando, a individuos que llevan el mismo tiempo soltando mentiras e imbecilidades sin cuento, incumpliendo promesas y renunciando a sus principios. Mal está el asunto, eso no se le escapa a nadie. Los llamados partidos minoritarios no ofrecen, a mi parecer, mayor inteligencia ni ecuanimidad. Ninguno. En cuanto al voto en blanco, el nulo o la abstención, considero que quienes optan por ellos son quienes menos derecho tendrán a lamentarse y menos merecedores serán de compasión, llegado el caso de que toque eso antes o después: sentirnos tentados a compadecernos. La situación económica no va a sufrir grandes cambios bajo ningún Gobierno, a corto plazo. Las medidas del PP ya las conocemos, por cómo privatiza, recorta y "gürtelea" en las comunidades bajo su control. Las del PSOE, a la vista están. Ambos obedecerán a Alemania y al FMI en lo fundamental. Pero ¿qué Gobierno nos dará más vergüenza, cuál juzgaremos mayor catástrofe? Aunque los candidatos sean distintos, hay que recordar los anteriores, los de Zapatero con sus Bibianas y los de Aznar con sus obispos mandones. Hagan memoria. Piensen cuál nos inspiró más bochorno y mayor aversión, cuál nos ha irritado y exasperado más, con cuál de los dos nos ocurría más lo que al parecer les sucede ahora a los franceses con Sarkozy y a los italianos con Berlusconi: cada vez que se les aparecen en televisión, sienten la necesidad imperiosa de cambiar de canal. Recuerden que en ningún caso seremos dignos de lástima, porque habremos elegido. ¿Quién nos sacará más de quicio, Rubalcaba o Rajoy? Hagan un pequeño esfuerzo de imaginación.
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