miércoles, 30 de mayo de 2012

Hasta aquí hemos llegado



Ahora estos políticos que padecemos, nos robarán a todos vía corralito, como ya hicieron antes con las preferentes o con la estafa a los accionistas de Bankia, y aquí no habrá pasado nada. Como tampoco pasa nada con Rato ni con Urdangarín, por poner un ejemplo de cacos que están en la calle





El Banco Central Europeo (BCE) ha devuelto al Gobierno con una bofetada los empujoncitos que éste le había propinado en las últimas semanas pidiéndole ayuda en la crisis bancaria. La negativa a aceptar el plan de saneamiento de Bankia tiene un mensaje claro por parte de la autoridad monetaria: hay que hacer las cosas como está previsto y yo soy el garante de que sea así.
En otras palabras, el BCE tiene unas reglas de actuación y no las va a cambiar porque un país pase por dificultades en un momento determinado.
Es cierto que técnicamente no podemos hablar de rechazo del BCE a los planes del Gobierno -así lo han manifestado algunos ministros esta mañana- porque no se habían presentado oficialmente, pero está claro que a Guindos se le ha cerrado la puerta que tenía más fácil de atravesar para reflotar Bankia. Ahora tendrá quebuscar otro camino que, sin duda, será más oneroso para el Estadoporque tendrá que salir al mercado a financiarse.
La nota del BCE y su posterior sorprendente rectificación al eliminar la frase de que el Gobierno español no podrá utilizar fondos del Eurosistema para recapitalizar Bankia no cambia la situación.
¿Y todo esto es bueno o es malo? A muy corto plazo no viene nada bien y lo estamos viendo esta mañana en la cotización del bono a diez años, que  supera el 6,6%, pero para el futuro próximo puede ser positivo si, de verdad, nos sirve para cambiar.
No es sorprendente la decisión del BCE. Basta con entresacar algunas respuestas del consejero del banco, el español José Manuel González Páramo, en la entrevista que el pasado domingo publicaba 'El País'. Probablemente es la ocasión en la que un miembro del banco emisor ha hablado más claro sobre un país y su Gobierno:
-"Los países con prima de riesgo baja tienen unas finanzas públicas en equilibrio, un sistema bancario estable y mercados de trabajo y de productos relativamente flexibles. Esto no tiene nada que ver con el BCE. Es responsabilidad de los Gobiernos".
-"En materia presupuestaria se ha hecho mucho, pero ante la magnitud del desajuste hace falta tiempo para recuperar la reputación de disciplina".
-"Hay que ser extremadamente diligente en la aplicación de estas medidas para recuperar la credibilidad".
-"El futuro de España está en sus manos".
-"No puede haber bonos federales cuando no hay una federación. Solo después de establecer las instituciones para federalizar las finanzas públicas y el sistema bancario tendrá sentido hablar de eurobonos".
Tras leer estas declaraciones, se entiende mejor la decisión del BCE. Y ojalá sea un 'hasta aquí hemos llegado' para reiniciar el camino. Porque estamos en lo de siempre: todavía no somos creíbles, a pesar de que ahora estamos en mejor posición para conseguirlo que antes.
Pero hay que terminar que resolver dos problemas clave: el sector financiero y las finanzas autonómicas y municipales. Para ello es la presión añadida del BCE al Gobierno.

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