jueves, 25 de agosto de 2011

Hay un principio básico que no me cansaré de repetir: cada uno es libre de creer lo que quiera (por ejemplo que las vacas vuelan), y es digno de respeto, pero las creencias nunca son respetables "per se" (que las vacas vuelan es tan ridículo como los dogmas religiosos al uso se pongan como se pongan). Por lo tanto, que no se ofendan tanto los creyentes, que sigan creyendo en paz y que dejen de calificar de blasfemos a los que no tragamos, porque, sinceramente, esa palabra no tiene sentido. Dicho esto, agradezco al obsipo en cuestión sus palabras y su sinceridad: es lo coherente con la secta a la que pertenece y espero que sus colegas desfilen por la Cope para apoyarle como se merece. Nosotros, mientras tanto, lo tendremos todo más claro y espero que más conciudadanos también lo tengan y se unan contra la supertición religiosa. Tranquilos, queridos crédulos. Nosotros ni quemamos vivo a nadie ni lapidamos, ni nos ponemos cinturones bomba. Simplemente hablamos y discutimos, y si vuestro único argumento es la fe, idos a casa a pensar un poco y volved más tarde, con un poco más de seriedad.

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