viernes, 30 de noviembre de 2012

Reflexionando sobre la ingratitud de España.....


La mayoría de las personas que me conocen saben de mi afición por las “conexiones”. Las cosas que ocurren aparentemente sin orden ni razón alguna que las provoque y que, sorprendentemente,  crean circunstancias conectadas. Steve Jobs incluso habló de los acontecimientos cuya conexión solo cobra sentido cuando se observan desde el futuro….
También empieza a ocurrirme algo curioso. Siempre que viajo en Vueling, me ocurre esto de las historias conectadas. Y la semana pasada tuve que ir a Alicante, vía Barcelona. Y volvió a ocurrir.
Así que aquí os dejo las tres historias.

La historia de la tumba de Cervantes.
Llevaba conmigo un XLSemanal, para leer el articulo de Pérez Reverte al que soy aficionado desde hace años y que, precisamente por eso,  tengo un link a ellos desde mi blog.
Convento de la Trinitarias, Madrid
En esta ocasión, el maestro Arturo hablaba de la tumba de Cervantes. Un tema que era totalmente desconocido, como supongo que lo es para muchos de los que estáis leyendo esto ahora: Cervantes esta enterrado en el subsuelo del convento de las Trinitarias en Madrid. El autor del Quijote murió viejo y pobre y recibió sepultura en un sitio que el tiempo transformó en fosa común, y sus huesos están en algún lugar de ahí abajo, revueltos con otros sin nombre y sin historia. “El autor de la novela más grande e inmortal, el escritor modernísimo que marcó para siempre la literatura universal, el soldado que nos enseñó a hablar y a escribir una lengua bellísima y eficaz que comparten casi 500 millones de seres humanos, fue toda su vida víctima de la ingratitud, la calumnia, la mala suerte y la envidia, vivió de fracaso en fracaso, murió anciano, pobre y casi ignorado por sus compatriotas, y recibió sepultura en la humilde fosa común de un convento de Madrid. Había nacido en España, y eso lo resume todo.” Nada que ver con la tumba de William Shakespeare en la Holy Trinity Church de Stratford-upon-Avon, o con las de Charles Dickens o Rudyard Kipling en el Poets’ Corner de la Abadía de Westminster en Londres. Porque, para estas cosas, hay que reconocerlo los “british” son los mejores.
Pues, resulta que existe un proyecto –caro naturalmente- para utilizar las modernas técnicas de rastreo basadas en el georradar, combinadas con los adecuados estudios forenses, para determinar cuáles de los huesos de la fosa corresponderían a un varón de setenta años que en su juventud hubiera recibido, como fue el caso de Cervantes en Lepanto, lesiones que le dejaron huellas en el pecho y estropeado el brazo izquierdo. Dice D. Arturo que los expertos estiman el coste del proyecto en unos 100.000 euros, “… así que Cervantes y sus huesos sin identificar seguirán durmiendo tranquilos su modorra de siglos, porque dudo que en estos tiempos difíciles de austeridad y recortes alguien invierta un céntimo en removerlos”.
Parece que no son tiempos para gastar dinero en búsquedas de este tipo, aunque la idea de encontrar y honrar los restos de Cervantes resulte hermosa. El proyecto, que esta apoyado por la Real Academia Española de la lengua, tendrá que esperar, por si algún día un mecenazgo adecuado, un ministerio de Cultura quijotesco, una universidad extranjera o un inesperado golpe de suerte permitiesen emprender los trabajos.
Y concluye D. Arturo el artículo diciendo que, por tanto, “… los escasos transeúntes que pasan junto a las Trinitarias y se detienen un momento para apoyar una mano en el muro de ladrillo mientras dedican una sonrisa triste y agradecida a la memoria del autor del Quijote, saben que, para un hombre como él, en patria tan miserable e ingrata como la suya, no es posible imaginar monumento funerario más perfecto que ése.”
La historia de la tumba de las Misiones de California.
Concluida la lectura del artículo me vino inmediatamente a la memoria mi experiencia el año pasado visitando las misiones de El Camino Real en California (Ver nota curiosa al final). Otro caso de ingratitud.
Y, evidentemente, me volvió a ocurrir: Abandonada en una silla del aeropuerto de Barcelona, seguramente olvidada por alguien que ya había devorado sus paginas,  me encontré una revista de Historia, de la que nunca antes había oído hablar: CLIO. Y allí, en la portada,a la izquierda, leo el titular de un artículo que seguro me iba a interesar: “MISIONES OLVIDADAS. CUANDO CALIFORNIA FUE ESPAÑOLA”. Y me digo... una coincidencia, una conexión.
El articulo va de una novela escrita por María Dueñas que se titula “Misión Olvido” y me digo…. Es nuestro sino, olvidar.
Copio a continuación  una respuesta de Maria Dueñas en una entrevista que suscribo íntegramente: “Las misiones californianas no me interesan tanto por su valor arquitectónico, que en general no es excesivo, sino por el trasfondo histórico que tienen: el legado de la presencia española en un territorio en el que aquellos franciscanos establecieron los primeros asentamientos europeos en una esquina del mundo por entonces aun desconocida.”. Cómo si la hubiera escrito yo mismo.
Pues bien, os cuento los antecedentes de forma breve, para poder centrar la historia: Las tierras de la actual California no tuvieron especial interés para los Reyes Españoles, una vez que se supo a mediados del siglo XVI que no existía un paso navegable (el mítico Estrecho de Anián) entre el Pacifico y el Atlántico al norte de Nueva España.
Inicialmente California es el nombre que se le da a la península mejicana que actualmente conocemos como Baja California, a donde Fortún Jiménez había llegado en 1533, pensando que era una isla. Por extensión se le dio el mismo nombre a los territorios que se fueron ocupando mas al norte.
El modelo de esta ocupación fue una historia alejada de los relatos de conquista de otros lugares de America. Estuvo centrado en la apertura de misiones religiosas para controlar el territorio y la población indígena. Era un modelo barato para la Corona que solo destinaba recursos a las pequeñas guarniciones militares que protegían las misiones: los presidios. Todo ello se fue configurando alrededor del El Camino Real.
Primero, 14 misiones fundadas por los jesuitas en la Baja California y después 21 misiones fundadas por los franciscanos en la Alta California. El Camino Real era el nombre que recibía la vía de comunicación terrestre que unía las misiones de la Baja California y la Alta California.
En 1769 se iniciaron expediciones por tierra y mar hacia San Diego. El rey de España envió tropas militares y misioneros franciscanos a la nueva tierra para colonizar el territorio y convertir a sus habitantes indígenas al cristianismo.
En poco mas de 54 años, se establecieron cuatro fuertes o presidios y veintiuna misiones a lo largo de la costa de California. Entre ellas no había mas de un dia de marcha a mula o a caballo. Son el origen de algunas de las principales ciudades del estado, incluyendo San Diego, Santa Bárbara, San José y San Francisco. La fundación  de las misiones de California comenzó siete años antes de la Declaración Americana de Independencia y su expansión llegó a su fin en 1823.
The California Missions Foundation fue creada en 1998 con el objetivo de preservar y proteger las 21 misiones y su contenido. Es la única organización dedicada a la conservación a largo plazo y a la restauración de todas las misiones de California y sus recursos históricos y culturales para beneficio público.
Os animo a visitar su web y a hacer donaciones para el mantenimiento de su labor. 
Pues bien, en mi viaje a California en 2011, descubrí con sorpresa que la mayoría de los habitantes de San Francisco no conocen Misión Dolores. Originalmente se llamaba Misión de San Francisco de Asís, pero su nombre evolucionó en la década de 1800 a  Misión Dolores, debido a su proximidad a un lago ya desaparecido (Laguna de Nuestra Señora de los Dolores). Se cree que es la estructura más antigua de San Francisco e indudablemente es el origen del nombre de la ciudad. Su construcción finalizó en 1795. Es de escala modesta y sencilla, incluso austera en apariencia y, a pesar de la metrópolis moderna que ha crecido a su alrededor, el edificio conserva una imagen de solemne fortaleza.
La placa con la lista de donantes. Misión Dolores.
San Francisco, California
Su restauración finalizó el 18 de marzo 1995, con un coste superior a los 2 millones de dólares, recaudados de donantes interesados en la conservación de las misiones. Todos ellos figuran en la placa que lo recuerda, como suele ser habitual en los Estados Unidos. Ni un duro del Gobierno Español, ni de nuestro Ministerio de Cultura ni de ninguna Comunidad Autónoma que subvencionan mil y un perogrulladas, ni siquiera de alguna fundación cultural española. Nada. Nada de nada. ¡Qué desazón!
La recaudación de fondos se había iniciado después del terremoto de octubre de 1989 y los fondos sirvieron para restaurar no solo el edificio de la misión sino también las lápidas y monumentos del cementerio colindante y el jardín que fue replantado para incluir las especies utilizadas por los nativos americanos que se encontraron los primeros misioneros españoles.
San Carlos Borromeo en ruinas
La última mitad del siglo XIX no había sido una buena época para las antiguas misiones españolas. Incluso la antigua sede de la cadena, San Carlos Borromeo del Carmelo fue abandonada y el terreno vendido. En 1850 el techo de madera de la estructura abandonada se había podrido y se derrumbó parcialmente. La iglesia quedó sin techo durante treinta años, hasta que el P. Angelo Casanova entró en escena y decidió recaudar dinero para reparar la iglesia en vez de gastarlo en honrar el centenario del fallecimiento de Fray Junipero Serra que había muerto en la misión en 1784. Y consiguió que en la primavera de 1884 la iglesia tuviera un techo nuevo. No era igual que el techo original, pero sirvió para proteger la misión de un deterioro mayor.
También visité la misión de San Carlos en Carmel y de nuevo la placa de agradecimiento, esta vez a Sir Henry John "Harry" Downie, un artesano polifacético y ebanista, que fue el comisario a cargo de la restauración de la misión desde 1931 y que dedicó la mayor parte de su vida a este proyecto: Murió en 1980 y fue enterrado junto a la misión...
Harry Downie, 1903-1980
La placa de recuerdo a H. Downie

Carmel ha recuperado gran parte de la majestuosidad de sus días más felices. La atmósfera que se respira trasmite como una antigua solemnidad que da énfasis a su conexión con el pasado y tampoco existe aquí ninguna institución española involucrada. Y creo que en ninguna de las otras 19 misiones..
Fray Junípero Serra
Tengo que mencionar que, a los pies del altar de esta iglesia están enterrados los restos mortales de los Padres Junípero Serra, Crespi Juan, Fermín Lasuén y Julián López , que fueron descubiertas en 1882.
Y no puedo evitar preguntarme ¿Es que no hay nadie consciente del impacto cultural y económico que tendría cuidar, fortalecer y promover el legado español en California? ¿Quizas no sea eso, sino que sea es el resultado de la ingratitud de la que habla Perez Reverte?

La historia del lugar donde mataron a Julio Cesar.
Y estando yo en estas preguntas es cuando leo lo realmente increible. Tuve que frotarme los ojos varias veces para dara crédito.
Asi que copio la noticia sin mas comentarios y que alguien me lo explique por favor:
 “Varios textos romanos antiguos describen el asesinato de Julio César (…) Ahora, 2.056 años después, un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto elpunto exacto donde fue apuñalado el militar. (…) Una estructura de hormigón de tres metros de ancho por más de dos de alto colocada por orden de Augusto, hijo adoptivo y sucesor de Julio César, ha dado la clave a los científicos. Este hallazgo confirma que el general fue apuñalado justo en el centro del fondo de la Curia de Pompeyo, mientras presidía, sentado en una silla, la reunión del Senado.”

El proyecto, con una duración de tres años goza del beneplácito y la colaboración de la Sovraintendenza ai Beni Culturali del Comune di Roma, y tiene el apoyo financiero del Plan Nacional 2008-2011 del Ministerio de Economía y Competitividad y con el respaldo de la Escuela Española de Historia y Arqueología del CSIC. (¡pero cual será la insospechada razón que ha hecho que el gobierno de España esté financiando semejante asunto!)

Continúo leyendo asombrado la explicación del investigador Antonio Monterroso, que trabaja en el Instituto de Historia del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, que aclara: "Sabemos con seguridad que el lugar donde Julio César presidió aquella sesión del Senado y donde cayó apuñalado se clausuró con una estructura rectangular organizada conforme a cuatro muros que delimitan un relleno de hormigón".
La Curia de Pompeyo, Roma
Y el tal Monterroso continúa diciendo “Es muy atractivo, en sentido cívico y ciudadano, que miles de personas tomen hoy el autobús y el tranvía justo al lado de donde hace 2.056 años fue apuñalado Julio César, o que incluso vayan al teatro, ....”. Vamos ... ¡Alucinante!
Por una vez, me gustaria que Perez Reverte pudiese leer esta historia. Estoy seguro de nos iba a dar su opinión. Y de que sería aun mas acida que la mía.
Y que cada cual busque la conexión.



Nota curiosa sobre el nombre de California: Al llegar a esta tierra en 1533, Fortún Jiménez  pensó que era una isla. No se sabe el por qué, pero le puso ese nombre: California. La isla donde se desarrollaba la famosa novela de aquellos tiempos “Las sergas de Esplandián” en la que habitaban mujeres guerreras que montaban animales mitad león mitad águila. Debemos imaginar que era aficionado a esta novela!

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